Hace tiempo, inició la guerra fría más deliciosa de todas, hablo por supuesto de la disputa que muchos tienen entre el Frozen Yogurt y el Helado común… Si bien muchos escogen con los ojos cerrados un buen cono de helado, con chispas, sirope, y cuanto añadido extra consigan, otros prefieren cuidar su figura con una taza de yogurt helado; pero, ¿En realidad el yogurt helado en mejor?
Resulta que estudios recientes han probado que en el proceso de fabricación de este postre, se eliminan los probióticos que hacen del yogurt un producto tan deseado por aquellos que esperan llevar un estilo de vida más saludable, y buscando compensar esto, añaden otros, posterior a la fabricación del producto, sin embargo, esto hace que el efecto de los mismos no sea tan bueno como consumirlo en forma natural.
Por otro lado, una consecuencia negativa que le achacan al helado es su alto contenido graso, que llega a ser el doble del frozen yogurt, sin embargo, este último posee mayor concentración de azúcar, que, unido a sus bajos índices de grasa, producen un efectos muy interesante…
Resulta que es la grasa en estos productos, la que produce el efecto de saciedad, así que a menor nivel de grasa, mayor es el consumo, pues, al no sentirnos satisfechos, comemos más, y además, y, teniendo en cuenta que se consume más azúcar en una taza de fro-yo que en una de helado, pues… Terminas arruinando todo tu esfuerzo si te comes el doble de lo que consumirías en helado, pensando que ‘es más saludable‘.
En conclusión, si bien algunos de los probióticos del yogurt se mantienen, en el Yogurt Helado, no debemos engañarnos pensando que el consumo del mismo es la mejor opción en una dieta saludable, ni tampoco, rechazar enteramente su consumo por esta razón; como en todo, el secreto es la moderación, consumir cualquiera de los dos postres, pero en proporciones adecuadas, para que así, sin necesidad de privarnos de un gusto tan exquisito, podamos mantener nuestra salud equilibrada.
H/T – Edition