Lulú es una chica de origen campesino de Argentina que ahora vive en los Estados Unidos con su hija pequeña. La madre soltera había vuelto a la escuela, pero no estaba interesada en tener un trabajo tradicional de 9 a 5, o una forma de vida que necesitara de un trabajo constante para pagar el alquiler.
Cuando llegó el momento en que Lulú se mudó de su casa, la chica decidió vivir en un contenedor estándar junto a su hija.
El contenedor, que fue utilizado para llevar cargas una y otra vez desde China hacia Estados Unidos, se convirtió en el refugio bohemio de Lulú.
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Sin experiencia en la construcción, Lulu gastó un mes y 4000 dólares en la instalación de ventanas, el aislamiento y una cocina que funcionara, además de incorporarle un calentador de agua y una estufa de camping.
«Cuando no tienes dinero, te vuelves creativo,» dijo Lulu a Fair Companies.
Después de realizar varios viajes al depósito de chatarra, Lulu encontró prácticamente todo lo que necesitaba para construir la casa a partir de materiales reciclados. Todo, desde las tablas del suelo hasta los gabinetes es de segunda mano, pero todavía se encuentra en buen estado.
La pareja de madre e hija también cuentan con bañera, WC, lavabos y una sala de juegos improvisada. El contenedor cuenta solo con 160 pies cuadrados.
Finalmente, Lulu decidió que tanto ella como su hija necesitan más espacio, por lo que construyó su nueva habitación en un remolque de plataforma utilizada.
«Esto fue una elección basada en cuántas horas tenemos de vida y en cómo quisiera pasar esas horas», agregó. A su vez, Lulu está desafiando el estereotipo de ser una madre «normal», en un esfuerzo para vivir una vida más simple y pasar más tiempo de calidad con su hija.
HT – Littlethings/YouTube