En las costas de Indonesia, Singapur y Malasia hay más de 100 barcos y submarinos hundidos, de allí desaparecen dos naves naufragadas en la Segunda Guerra Mundial sin dejar rastro alguno.
Vea también: Podrían haber descubierto el misterio del Triángulo de las Bermudas
Los investigadores confiaban en que Neptuno custodiaría con celo la memoria de dos barcos hundidos en la Segunda Guerra Mundial, descubiertos en el fondo del mar en 2002, pero estaban equivocados, pues el océano no tiene memoria y sí muchos misterios escondidos.
Este año, a razón del 75 aniversario de la batalla de Java, una de las mayores contiendas navales del conflicto, se había dispuesto una expedición para revisar su estado y ampliar los datos que se tenían, pero lo que se encontraron fue ¡nada! Sí, ya no había rastros de ellos.
En 1942, la costa de Indonesia vivió la lucha entre una flota holandesa y una japonesa en resultado desastroso para los europeos. En los dos barcos holandeses, el «HNLSM De Ruyter» y el «HNLSM JAVA», también se encontraban marineros británicos, australianos y americanos. Unas 2.200 personas perdieron la vida, 900 de ellos holandeses. El «De Ruyter» fue el primero en ser alcanzado, seguido por el Java cuatro minutos después. Aunque este último se hundió en quince minutos, el De Ruyter permaneció a flote por tres horas.
El caso es que los restos fueron declarados como una tumba sagrada de la guerra, pero muchos de ellos se han perdido en el mar.
De esta tumba en particular no se sabía mucho hasta el 2002, cuando unos buceadores aficionados encontraron la localización exacta, pero al llegar este año allí, sólo estaban las huellas de los barcos varados.
“Los restos los dos barcos han desaparecido completamente. También falta un gran trozo del «HNLMS Korteanaer» (otro barco cercano)”, ha declarado el Ministerio holandés de Defensa en un comunicado. “La profanación de una tumba de guerra es un delito grave”, advierte el texto, recogido por ‘The Guardian’, sugiriendo así que los restos podrían haber sido sustraídos de manera ilegal.
Incluso, está la posibilidad de que los piratas y chatarreros marítimos hubiesen limpiado el lugar, pues éstos llevan décadas aprovechándose de los restos para robar piezas concretas, sobre todo, acero, aluminio y latón.
H/T – ABC