En algunos mamíferos puede ser tan largo como un dedo en un mono. En las focas, puede tener hasta 60 centímetros. Pero el hombre ha perdido el hueso del pene y los investigadores intentan explicar por qué.
Conocido como báculo, según los expertos el hueso del pene es una maravilla de la evolución. Aparece en primates y mamíferos de todo el mundo, pero varía tanto en tamaño y en su presencia o ausencia que ha sido descrito como el hueso más diverso del reino animal.
Por su peculiaridad, los científicos han intentado en las últimas décadas reconstruir la historia evolutiva del báculo. De esa forma, encontraron que el hueso peneano evolucionó en los mamíferos hace más de 95 millones de años y estaba presente en los primeros primates hace unos 50 millones de años. Desde ese momento, el báculo se volvió más grande en algunos animales y más pequeño en otros.
Para que tengan una idea, el macaco rabón, que pesa apenas 10 kilos, tiene un báculo de 5 centímetros, extremadamente largo para su tamaño. El hueso es cinco veces más largo que en el mangabey, un mono algo más grande.
Kit Opie, que dirigió una investigación con Marilda Brindle en University College de Londres, afirma que el hueso peneano es más largo en los machos que incurren en “intromisión prolongada”. En palabras simples, se refiere a que el acto de penetración dura más de tres minutos, una estrategia que permite fecundar a la hembra mientras la mantiene alejada de machos competidores. El hueso peneano, que se sostiene sobre la punta del pene más que en la base, provee soporte estructural para los machos que tienen “intromisiones prolongadas”.
Los científicos creen que los humanos podrían haber perdido su hueso peneano cuando la monogamia emergió como la práctica reproductiva dominante alrededor de 1,9 millones de años atrás. En las relaciones monógamas, el macho no necesita pasar mucho tiempo penetrando a la hembra, porque es poco probable que ella esté siendo seducida por otros machos. Al menos, esa es la teoría.
“Creemos que allí fue cuando el báculo humano desapareció, dado que cambió la forma de emparejarse”, dijo Opie. “Con la reducción de la competencia entre machos, tienes menos necesidad de un báculo”, agregó. “A pesar de lo que se pueda pensar, somos una de las especies que necesita menos de tres minutos para estas cuestiones”.
H/T – InfoBae