El telescopio dependiente de la NASA y la Agencia Espacial Europea ha descubierto dos asteroides que orbitan sobre sí mismos y tienen características similares a las de un cometa.
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A través del telescopio espacial Hubble, un grupo de astrónomos ha observado las características intrigantes de un tipo inusual de objetos en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Son dos asteroides que orbitan entre sí y exhiben características similares a un cometa, incluyendo un coma brillante y una larga cola.
Se trata del primer asteroide binario conocido, también clasificado como un cometa. En 2016, justo antes de que el asteroide 288P hiciera su aproximación más cercana al Sol, estaba lo suficientemente cerca de la Tierra para permitir a los astrónomos una mirada detallada a la misma utilizando el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA.
Las imágenes de 288P, que está en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, revelaron que en realidad no se trataba de un solo objeto, sino dos asteroides de casi la misma masa y tamaño, orbitando entre sí a una distancia de unos 100 kilómetros.
En sí es un hallazgo importante, puesto a que se orbitan entre sí, se pueden medir las masas de los objetos en tales sistemas; pero las observaciones también revelaron actividad en curso en el sistema binario.
«Detectamos indicaciones fuertes de la sublimación del hielo de agua debido al aumento de la calefacción solar, similar a cómo se crea la cola de un cometa», explica Jessica Agarwal (Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar, Alemania), líder del equipo y autora principal del trabajo de investigación. Esto hace 288P el primer asteroide binario conocido que también se clasifica como un cometa del cinturón principal.
Comprender el origen y la evolución de los cometas del cinturón principal es un elemento crucial en nuestra comprensión de la formación y evolución de todo el Sistema Solar. Entre las preguntas que pueden ayudar a contestar es cómo llegó el agua a la Tierra. Dado que sólo se conocen unos pocos objetos de este tipo, 288P se presenta como un sistema extremadamente importante para futuros estudios.
La actividad observada de 288P también revela información sobre su pasado, señala Agarwal: «El hielo superficial no puede sobrevivir en el cinturón de asteroides para la edad del Sistema Solar, pero puede ser protegido durante miles de millones de años por un manto de polvo refractario».
Con esto, los investigadores llegaron a la conclusión de que 288P ha existido como un sistema binario desde hace sólo unos 5.000 años. Agarwal elabora el escenario de formación: «El escenario de formación más probable de 288P es una rotura debido a la rotación rápida, después de lo cual los dos fragmentos pueden haber sido separados por los fenómenos de sublimación».
El hecho de que 288P sea tan diferente de todos los otros asteroides binarios conocidos plantea algunas preguntas acerca de si no es sólo una coincidencia que presenta tales propiedades únicas. Como encontrar 288P incluyó mucha suerte, es probable que siga siendo el único ejemplo de su tipo durante mucho tiempo. «Necesitamos más trabajo teórico y observacional, así como más objetos similares al 288P, para encontrar una respuesta a esta pregunta», concluye Agarwal.
H/T – La Sexta