Un joven autista está cada vez más cerca del Premio Nobel, debido a que su coeficiente intelectual es más alto que el de Einstein.
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Desde pequeño, los pronósticos sobre el aprendizaje de Jacob Barnett no eran nada alentadores, pues, al principio le diagnosticaron Síndrome de Aspeger.
Por lo que su madre, Kristine Barnett, confundida, pensó que no tendría oportunidades en cuanto a su aprendizaje, y lo llevó a una cita con el especialista, quien le dijo que debido a sus limitaciones, el niño apenas si podría aprender a amarrarse los zapatos.
Este pronóstico devastador podría haber terminado en un futuro de educación especial, terminando tajantemente con cualquier expectativa para su futuro, sin embargo, Kristine había notado que su hijo había memorizado todas las calles durante el camino al consultorio del doctor, y en el viaje de regreso, y ese sólo era el comienzo.
En tan sólo dos semanas, Jacob gracias a su sorprendente retentiva comprendió todo el currículum de álgebra de la escuela secundaria. Como resultado a temprana edad comenzó a asistir a clases universitarias mientras que la mayoría de los chicos estaban aún aprendiendo lo básico de álgebra.
Ahora Jacob es un respetado estudiante de maestría que trabaja en un doctorado en física cuántica. Incluso más, el académico trabaja junto con otros estudiantes universitarios, dándoles asesorías en su tiempo libre luego de clase. Su madre, tiempo atrás confundida por la condición de su hijo y su futuro incierto, ahora bromea: “yo reprobé matemáticas, sé que no vino de mí”.
Además, fue invitado como orador en la charla TEDx Teen en el 2013, donde expuso una asombrosa charla titulada “olvida lo que sabes”. En medio de un campo de oradores que van desde galardonados al Premio Nobel, académicos con décadas de experiencia, y líderes empresariales, la charla del chico ha pasado a ser desde entonces la tercera más popular del formato TEDx en general.
Con un CI por encima de 170, más alto que el CI estimado de Einstein, Jacob ha estado por delante de la curva estadística en cualquier disciplina, pudiendo con lo que se propone.
En una semana él comprendió por su cuenta álgebra, geometría, trigonometría y cálculo. Los profesores universitarios sorprendidos han visto al brillante alumno enfrentarse a algunos de los conceptos más desafiantes en el campo de las matemáticas avanzadas.
Es tal su habilidad y afinidad por los números y las reglas que el gobierno llevó a Jacob a la Universidad de Purdue a los 9 años, en donde trabaja en la teoría de la relatividad de Einstein. Luego, en Princeton, el profesor Scott Tremaine comentó, “ la teoría que [Jacob] trabaja involucra varios de los problemas más difíciles en astrofísica y física teórica… cualquiera que los resuelva estará en la línea hacia el Premio Nobel”.
Ahora está claro que Jacob Barnett tiene un futuro brillante. Mucho más brillante que el que podría haber esperado si su madre hubiese tomado en serio a sus maestros de escuela primaria y a su doctor. Jacob está creciendo como un joven pensante y encantador, con un tremendo potencial, incluso si es un poco lento amarrando sus cordones.
H/T – Lagranepoca