Sabemos que la velocidad de nuestra tecnología se duplica cada año, pero esto ya no es así, pues la ley de Moore ha muerto.
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A medida que pasan los años, la tecnología informática se vuelve más rápida, más barata y más eficiente en el consumo de energía. Sin embargo, los investigadores Mellon Hassan Khan, David Hounshell y Erica Fuchs de la Universidad Carnegie Mellon (EE. UU.) sostienen que el avance futuro de los microprocesadores enfrenta nuevos desafíos y sin precedentes.
En 1965, el Director de I + D de Fairchild (y más tarde cofundador de Intel) Gordon Moore predijo en un artículo la continua disminución sistémica en el costo y el aumento en el rendimiento de los circuitos integrados.
Esta tendencia, acuñada más tarde como la ‘Ley de Moore’, se mantuvo durante más de 40 años, haciendo posible una «deslumbrante variedad» de nuevos productos en el mercado: desde misiles balísticos intercontinentales hasta sistemas de monitoreo ambiental global y desde teléfonos inteligentes hasta implantes médicos.
Cuando la Ley de Moore cumplió 50 años, comenzó a envejecer rápidamente, pasando a la senectud y, finalmente, a día hoy, al olvido. La Ley de Moore deja una próspera industria mundial de semiconductores y electrónica multimillonaria.
La muerte de la ley de Moore no es sorprendente, porque la industria de los semiconductores ha contado historias contradictorias durante años. Si bien creó nuevos nodos de procesos como un mecanismo de relojería, los requisitos de capital para desarrollar esos nuevos dispositivos aumentaron casi exponencialmente.
«Los actuales desafíos tecnológicos y estructurales que enfrenta la industria no tienen precedentes y socavan los incentivos para una acción colectiva continua en investigación y desarrollo que ha sustentado los últimos 50 años de crecimiento económico mundial transformador y avance social», explican los investigadores en la revista Nature Electronics.
Como explican los autores, el progreso en la tecnología de los semiconductores está experimentando un cambio impulsado por las variaciones en la tecnología subyacente y en los mercados finales de los productos. Lograr mejoras continuas en el rendimiento a través de la miniaturización de transistores se ha vuelto cada vez más costoso y la aparición de nuevos mercados finales ha impulsado la innovación en dominios más especializados.
«Si bien estas innovaciones impulsarán muchos avances específicos dominantes, continuar avanzando capacidades de computación de propósito general a un costo reducido con beneficios en toda la economía probablemente requerirán procesos de semiconductores y tecnología de dispositivos completamente nuevos», explica Hassan Khan, coautor del trabajo. «La ciencia subyacente para esta tecnología es aún desconocida, y requerirá fondos de investigación significativos, un orden de magnitud mucho más alto de lo que se invierte hoy».
Una cosa parece estar clara: a corto plazo, el rendimiento irá hacia atrás. Es probable que los ordenadores tengan menos rendimiento dentro de un año a partir de ahora.
Aplastada por la física de las finanzas y la militarización de la optimización, la Ley de Moore ha golpeado la pared, ha rebotado y ha revertido la dirección. Es tiempo de retroceder: todas las cosas se volverán más lentas, más difíciles y más caras.
En el futuro, el juego cambia de «más barato y más rápido» a «más elegante y sabio». Las optimizaciones de software tomarán la delantera en las próximas décadas, a medida que la Ley de Moore se desvanezca del todo.
H/T – MuyInteresante