El pasado 4 de julio, una institución vaticana publicó un documento en el que señala que las mujeres que hayan tenido sexo podrían ser consagradas como vírgenes.
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El documento, que fue publicado el 4 de julio, había pasado desapercibido. En particular la sección 88 que dice: «La llamada a dar testimonio del amor virginal, esponsal y fecundo de la Iglesia a Cristo, no se reduce al signo de la integridad física (…) Haber guardado el cuerpo en perfecta continencia o haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración».
Estas palabras, sin embargo, no cayeron nada bien a la Asociación Estadounidense de Vírgenes Consagradas, en Estados Unidos, que emitió un comunicado en el que afirma estar «profundamente decepcionada» por las nuevas reglas dispuestas por el Vaticano en la Ecclesiae Sponsae Imago.
Dice la Asociación, que de este apartado se deriva que las mujeres que hayan tenido relaciones sexuales podrían ser consagradas como vírgenes. «Es impactante escuchar a la Madre Iglesia decir que la virginidad física ya no se considera un requisito previo esencial para la consagración a una vida de virginidad», sostuvo la Asociación.
En otro aparte el documento señala que, «haber vivido ejemplarmente la virtud de la castidad, aunque es de gran importancia en orden al discernimiento, no constituye requisito determinante en ausencia del cual sea imposible admitir a la consagración».
La Ecclesiae Sponsae Imago (Esposa Imagen de la Iglesia), es un documento publicado por el Vaticano que habla sobre las Vírgenes Consagradas, se divide principalmente en 3 partes: en la primera se desarrolla “la vocación y el testimonio del Ordo virginum, la siguiente trata de “la configuración del Ordo virginum en las iglesias particulares y en la iglesia universal” y el último es el del “discernimiento vocacional y la formación para el Ordo virginum”.
En el documento destaca entre otras indicaciones el deber de los obispos de proporcionar los medios de formación y discernimiento adecuados para las mujeres que descubren el llamado a esta vocación.
La Santa Sede ha querido recordar así el valor de esta forma de consagración que cuenta ya con más de 5.000 mujeres en todo el mundo y forma parte de la Iglesia desde sus orígenes.
El cardenal João Braz De Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, explicó cuando se difundió el texto que era el primer documento que se refería a ese rito litúrgico desde su promulgación por indicación del papa Pablo VI, en 1970. La decisión se tomó porque hay cada vez más mujeres que quieren ser declaradas vírgenes por la Iglesia.
«Ecclesiae Sponsae Imago quiere ayudar a descubrir la belleza de esta vocación y contribuir a mostrar la belleza del Señor, que transforma la vida de tantas mujeres que cada día la experimentan», sostuvo João Braz De Aviz, según ACI Prensa.
H/T – Elespectador