Científicos han encontrado un nuevo procedimiento para combatir formas incurables de cáncer; se sabe que una proteína de adhesión presente en la superficie de la célula, llamada integrina, promueve esa invasividad.
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Bloquear el camino que controla el movimiento de las mitocondrias –orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular–, podría reducir la capacidad invasiva del cáncer y la resistencia de las células cancerígenas a la radioterapia.
A esa conclusión llegó un equipo de científicos de la Universidad de Hokkaido, Japón, que estudió las moléculas involucradas en los movimientos mitocondriales dentro de células de cáncer de mama altamente invasivas.
Los investigadores encontraron un camino que finalmente conduce a la dispersión de los mencionados orgánulos hacia la periferia de las células, lo que incrementa la invasividad del cáncer y, por consiguiente, su capacidad para penetrar en tejidos sanos.
Se sabe que una proteína de adhesión presente en la superficie de la célula, llamada integrina, promueve esa invasividad. Sin embargo, los mecanismos que subyacen a estos movimientos aún no se comprenden por completo. Algunos tratamientos, incluida la radiación ionizante, incrementan la producción de las llamadas especies de oxígeno reactivo (EOR o ROS por ‘reactive oxygen species’) dentro de las células cancerígenas, lo que contribuye a combatirlas. Pero algunas de ellas desarrollan tolerancia al ROS.
En el estudio, publicado en Nature Communications, el equipo etiquetó con compuestos fluorescentes una variedad de moléculas dentro de invasivas células de cáncer de mama, para seguir los movimientos mitocondriales y la producción de las ROS.
Luego bloquearon las moléculas claves que están involucradas en la invasividad.
Descubrieron que una ruta molecular que facilita el reciclaje de la integrina dentro de la célula, llamada Arf6-AMP1-PRKD2, también ayuda a la localización de las mitocondrias. La interrupción de esa vía condujo a la concentración de estas últimas cerca del centro celular, reduciendo de tal manera la capacidad invasiva de las células cancerígenas.
El descubrimiento sugiere que la vía que favorece la dispersión mitocondrial, también hace que las células cancerosas se tornen más resistentes a los tratamientos que intentan matarlas mediante una mayor producción de especies de oxígeno reactivo, y que el bloqueo de esa vía aumenta significativamente el efecto de algunos tratamientos, incluida la radiación ionizante.
H/T – Radiomundial