Fabricado con material reflectante, el pequeño aparato se mueve gracias al impulso de los fotones procedentes del Sol, lo que tiene un gran potencial para las misiones espaciales a gran distancia.
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Se trata de un experimento que quiere demostrar que esta tecnología de propulsión alternativa a los motores está suficientemente desarrollada. La tecnología podría ser útil para enviar misiones robóticas muy lejos, más allá de nuestro Sistema Solar
Un mes después de su lanzamiento al espacio, la vela solar de la organización estadounidense The Planetary Society se desplegó correctamente hace unos días en órbita alrededor de la Tierra.
La vela solar, llamada LightSail 2, es un pequeño satélite con una lámina de 32 metros cuadrados de tereftalato de polietileno (PET) muy delgada, ligera y reflectante, que debería permitir mover el aparato por el simple impulso de los fotones del Sol.
Se trata de un experimento que quiere demostrar que esta tecnología de propulsión alternativa a los motores está suficientemente desarrollada.
«¡Despliegue completado!», tuiteó la organización. Los datos enviados por el satélite confirmaron la operación mecánica, que se espera que sea confirmada también visualmente mediante fotografías tomadas por la sonda más tarde.
Carl Sagan, cofundador de The Planetary Society, fue uno de los principales impulsores de las velas solares. Hace unos 40 años, había sugerido construir una vela grande y muy ligera, que podría utilizar la energía solar para mover una nave espacial. La idea era que cuando los fotones, las partículas de luz, alcanzan una superficie que las refleja, tienden a «rebotar» ejerciendo al mismo tiempo un pequeño empujón sobre lo que han chocado. Si la superficie es lo suficientemente grande, estos pequeños empujes pueden ser explotados para mover una masa, como un satélite o una nave espacial.
El director de The Planetary Society, Bill Nye, dijo a la AFP el mes pasado que las velas solares permitirán un día «domar» la energía solar para «navegar entre las estrellas».
La vela solar permanecerá en órbita alrededor de la Tierra y, si todo va bien, aumentará gradualmente su altitud gracias a la presión de las radiaciones solares.
LightSail 2 consta de un sistema de cuatro velas triangulares que forman un cuadrado cuando se despliegan, según el portal Universe Today. Completamente desplegada, la vela mide 32 metros cuadrados y puede utilizarse para elevar la órbita de la nave espacial.
¿Pero para qué podrían servir estas velas solares en el futuro?
De acuerdo con Nye, podrían ser útiles para enviar misiones robóticas muy lejos, más allá de nuestro Sistema Solar, porque la nave, si bien al principio será más lenta que si estuviera equipada con un motor, acelerará progresivamente y al final alcanzará velocidades extraordinarias.
La vela solar de 32 metros cuadrados, como un ring de boxeo, será visible desde la Tierra: podría aparecer como una luz en el cielo nocturno que se mueve bastante rápido, más que las estrellas y los planetas. En el sitio web de The Planetary Society hay un mapa actualizado en tiempo real para saber cuándo LightSail 2 será visible en el cielo de acuerdo a la posición particular del observador.
H/T – Lapagina