El planeta K2-18b, descubierto en 2015, se encuentra a 124 años luz del nuestro. Según nuevos estudios podría ser «un mundo oceánico» apto para la vida
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Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge, Reino Unido descubrió que un exoplaneta de más del doble del tamaño de la Tierra es potencialmente habitable. Se trata del K2-18b, un planeta rocoso que se encuentra fuera del sistema solar que se encuentra a 124 años luz de la Tierra.
El radio y la masa del K2-18b son mayores que los de nuestro planeta y orbita su estrella dentro de la zona de habitabilidad, donde las temperaturas podrían permitir la presencia de agua líquida, según un estudio publicado esta semana en la revista The Astrophysical Journal Letters.
Ese exoplaneta fue descubierto en 2015, y el año pasado otro grupo de investigadores informó sobre la detección de vapor de agua en su atmósfera. Sin embargo, el tamaño de esa atmósfera y las condiciones en el interior de K2-18b seguían siendo desconocidas.
«Se ha detectado vapor de agua en las atmósferas de una serie de exoplanetas, pero, incluso si el planeta está en la zona de habitabilidad, eso no significa necesariamente que haya condiciones habitables en la superficie», dijo el doctor Nikku Madhusudhan del Instituto de Astronomía de Cambridge, quien dirigió la nueva investigación. «Para establecer las perspectivas de habitabilidad, es importante obtener una comprensión unificada de las condiciones interiores y atmosféricas en el planeta, en particular, si el agua líquida puede existir debajo de la atmósfera», explicó.
Dado el gran tamaño de K2-18b, los científicos de la Universidad de Cambridge sugieren que ese planeta es una pequeña versión de Neptuno, con una «envoltura» de hidrógeno significativa rodeando una capa de agua a alta presión, mientras que su núcleo interno es de roca y hierro.
Según publicó RT, los investigadores, si la «envoltura» de hidrógeno fuera bastante gruesa, la temperatura y la presión en la superficie del agua serían demasiado grandes para sustentar la vida. Pero en el caso de K2-18b, su «envoltura» no es demasiado gruesa y la capa superficial de agua podría tener las condiciones adecuadas para soportar la vida.
H/T – Rosario3