Las cascadas submarinas observadas alrededor de toda la placa australiana no tienen equivalentes en la oceanografía costera, estiman los investigadores.
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Oceanógrafos han registrado cerca de las costas de Australia un sistema de cascadas submarinas que fluyen como ríos hacia alta mar. El fenómeno se observa en casi todo el perímetro australiano, más de 10.000 kilómetros de litoral, y a una escala que no ocurre en el resto del mundo, informan desde la Universidad de Australia Occidental.
Dichos flujos de agua, a lo largo de la plataforma australiana, hasta ahora habían pasado desapercibidos para la ciencia porque generalmente los investigadores se valían de satélites para rastrear lo que se ve en la superficie del mar, como las ‘plumas’ de agua dulce que generan los ríos, explica uno de los investigadores, Chari Pattiaratchi. En cambio, estas ‘cascadas’ fluyen junto al lecho y solo pudieron ser detectadas con la ayuda de una flota de vehículos autónomos sumergibles.
Los torrentes submarinos tienen una variabilidad estacional y están cobrando fuerza precisamente en estos días invernales en Australia.
El movimiento tiene su origen en el calor del verano, que evapora el agua del mar y reduce los niveles de agua en los ríos, dos procesos que dejan más saladas las aguas costeras. La posterior pérdida de calor hace que la superficie del mar se enfríe, de manera que el agua densa se acumula en la capa interior y luego comienza a deslizarse hacia alta mar a gran escala.
El movimiento de agua en cascada tiene un papel importante en el funcionamiento del ecosistema y en los procesos biogeoquímicos, estiman los investigadores. Su influencia tiene que ver con las altas concentraciones de clorofila y material suspendido que contienen, proveniente de tierra firme.
Los oceanógrafos llevaron a cabo observaciones automatizadas en ocho regiones diferentes de la costa australiana entre los años 2008 y 2019. El volumen del trabajo sería equiparable con al menos 2.500 días de navegación tripulada y buceo.
El equipo presentó sus conclusiones al respecto en la revista Scientific Reports el 16 de junio.
H/T – Prensaobjetiva