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El agujero negro que hasta ahora se consideraba el objeto de su clase más cercano a la Tierra, identificado el pasado mayo por un grupo de astrónomos en el sistema estelar HR 6819, probablemente no existe, de manera que el sistema al que supuestamente pertenecía debería considerarse doble, y no triple, al descartarse la presencia de un tercer elemento invisible.
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El sistema en cuestión, situado a unos 1.120 años luz de la Tierra, consta de dos estrellas, una de las cuales es perceptible a simple vista. Ahora dos equipos independientes de investigadores nos devuelven a la idea de que solo tiene dos integrantes, y ninguno de ellos es un agujero negro.
Esta interpretación revisada de las mediciones disponibles es más consistente con que el sistema sea binario (lo cual era comúnmente aceptado antes de la reciente revelación), pero también propone una nueva idea de cómo se relacionan sus dos estrellas.
Una de ellas es primaria y está ‘despojada’ de una cobertura, mientras que la otra es muy veloz en su rotación y «se formó a partir de un evento anterior de transferencia de masa», sugiere el artículo al respecto publicado en la edición de septiembre de la revista Astronomy & Astrophysics. Los autores, científicos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), añaden que la interferometría les ha permitido divisar que los componentes visibles se están separando.
Dos astrónomos del estado de Georgia (EE.UU.) insistieron en julio pasado esencialmente en lo mismo, diciendo que la confusión provenía de la fase orbital de la estrella de masa menor, que también catalogaron como un «remanente despojado de una antigua estrella donante de masa».
A través de un modelo espectral, los estadounidenses demostraron que el disco que rodea la estrella más grande del sistema (tipo Be) se mueve hacia adelante y hacia atrás en un período de 40 días. El ciclo de orbitación de la estrella pequeña (tipo B3 III) es mucho más largo, razón por la cual los astrónomos no habían detectado ese movimiento antes de hipotetizar sobre el agujero negro.
Según el artículo publicado en mayo, la estrella orbitaba muy cerca del supuesto agujero negro, que debía medir entre 4 y 5 masas solares, mientras que la veloz estrella Be sería una compañera terciaria más distante. Los dos equipos que descartan la presencia del agujero, sin embargo, opinan lo contrario, es decir, que la estrella ‘despojada’ está más lejos que la Be del centro de orbitación común.
Al repensar la composición del sistema HR 6819, la ciencia devuelve el honor de ser el agujero negro más cercano a la Tierra al componente invisible del binario A0620-00. Identificado hace más de un siglo, está situado en la constelación de Monoceros, a casi 3.000 años luz, y lo acompaña una enana naranja con una masa equivalente a la mitad de la del Sol.
H/T – RT