El análisis de los dientes de unos animales emparentados con los actuales cocodrilos y que convivieron con los dinosaurios ha revelado detalles sorprendentes sobre su dieta.
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Desde cierta distancia, los pakasuchus, unos pequeños cocodrilos terrestres que vivieron hace algo más de 100 millones de años en lo que hoy es el oeste de África, podrían haber pasado por unos peculiares felinos. Los expertos creen que sus esbeltas extremidades le permitirían moverse casi como un gato. Además, poseían menos placas óseas que otros cocodrilomorfos y su cráneo, también más corto y ancho que el de la mayoría de sus parientes, recordaba asimismo el de uno de estos félidos. De hecho, su dentición era parecida a la de un mamífero, e incluía unos grandes caninos y piezas similares a los molares y premolares.
Hasta ahora, la mayoría de los científicos pensaba que los pakasuchus podrían haberse alimentado de pequeños animales, como insectos u otros invertebrados. No obstante, un nuevo estudio impulsado por los paleontólogos Keegan Melstom y Randall Irmis, del Museo de Historia Natural de Utah, en EE. UU., ha revelado que esta y otras muchas especies extintas relacionadas con los actuales cocodrilos y caimanes probablemente comían plantas.
Desde cierta distancia, los pakasuchus, unos pequeños cocodrilos terrestres que vivieron hace algo más de 100 millones de años en lo que hoy es el oeste de África, podrían haber pasado por unos peculiares felinos. Los expertos creen que sus esbeltas extremidades le permitirían moverse casi como un gato. Además, poseían menos placas óseas que otros cocodrilomorfos y su cráneo, también más corto y ancho que el de la mayoría de sus parientes, recordaba asimismo el de uno de estos félidos. De hecho, su dentición era parecida a la de un mamífero, e incluía unos grandes caninos y piezas similares a los molares y premolares.
Hasta ahora, la mayoría de los científicos pensaba que los pakasuchus podrían haberse alimentado de pequeños animales, como insectos u otros invertebrados. No obstante, un nuevo estudio impulsado por los paleontólogos Keegan Melstom y Randall Irmis, del Museo de Historia Natural de Utah, en EE. UU., ha revelado que esta y otras muchas especies extintas relacionadas con los actuales cocodrilos y caimanes probablemente comían plantas.
Según indican en un ensayo publicado en la revista Current Biology, un minucioso análisis de los dientes fósiles que han llegado hasta nosotros sugiere que no fue un caso excepcional; a lo largo de su historia evolutiva, muchos cocodrilomorfos siguieron una dieta vegetariana al menos en tres ocasiones. “Nuestro trabajo muestra que las denticiones complejas, una característica propia de los herbívoros, aparecieron entre tres y seis veces en estos primos desaparecidos de los cocodrilos”, indica Melstrom.
Todas las especies del orden de los cocodrilios que existen en la actualidad presentan una configuración anatómica parecida, adecuada para seguir un tipo de vida semiacuática y una alimentación carnívora no especializada, de lo cual dan cuenta sus dientes, de forma cónica y relativamente simples. Sin embargo, los animales estudiados por Irmis y Melstrom poseían piezas muy distintas entre sí, especialmente adaptadas para cumplir diferentes funciones, una variación que está presente en los mamíferos.
Para determinar qué ingerían los mencionados cocodrilomorfos extintos, los investigadores compararon la morfología de 146 piezas dentales procedentes de 16 especies con las denticiones de sus parientes vivos. Así, observaron que las de los primeros eran considerablemente más ricas desde un punto de vista estructural. Según indican los científicos, los que eran exclusivamente herbívoros aparecieron antes en la historia evolutiva del grupo, poco después de la extinción masiva de finales del Triásico, hace unos 250 millones de años. Sobrevivieron hasta el fin del Cretácico, cuando se esfumaron junto con los dinosaurios y otras muchas especies.
“El estudio de los antiguos cocodrilomorfos prueba que seguían una dieta mucho más variada que los actuales. Algunos eran carnívoros; otros se especializaron en plantas e incluso los hubo omnívoros. Se han encontrado restos de los que eran herbívoros en distintos continentes y diferentes épocas, lo que apunta que consiguieron extenderse por una gran variedad de entornos”, asegura Melstrom en una nota hecha pública por la Universidad de Utah.
H/T – Muyinteresante