Un reciente estudio publicado en la revista Neurology muestra que la prueba de sangre ofreció una efectividad superior al 90% en la detección del mal.
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Un examen de sangre puede ayudar a detectar hasta con un 94 % de efectividad y con 20 años de anticipación si una persona desarrollará la enfermedad de Alzhéimer, según un estudio publicado en la revista científica Neurology.
Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis (WUSTL), Misuri (EE.UU.), reveló que el cerebro empieza a mostrar los daños causados por la proteína beta-amiloide, vital para el desarrollo del alzhéimer, hasta 20 años antes de que aparezcan los principales síntomas de esta enfermedad, como son pérdida de memoria y estados de confusión.
Al medir los niveles de esta proteína en la sangre y usar los datos para predecir si se ha acumulado en el cerebro, combinados con otros dos factores de riesgo, la enfermedad puede ser identificada con un alto porcentaje de certeza, dijo Randall Bateman, del centro de investigación para la enfermedad de Alzheimer Charles F. y Joanne Knight, de WUSTL.
«Actualmente, para ensayos clínicos, examinamos a las personas con escáneres cerebrales lo que consume mucho tiempo, es costoso y toma años para inscribir a los participantes», anotó Bateman.
«Pero con un examen de sangre, podemos potencialmente examinar a miles de personas en un mes», señaló el autor de la investigación.
Agregó que los otros dos factores de riesgo, con los que debe de combinarse los resultados del análisis de sangre, son la edad y la presencia de la variante genética denominada apolipoproteína E4 (APOE4).
Al agilizar el proceso se puede inscribir a los participantes en ensayos clínicos con mayor eficiencia, lo que ayuda a «encontrar tratamientos más rápidamente y puede tener un enorme impacto en el costo de la enfermedad así como en el sufrimiento humano que ello conlleva», agregó el investigador.
Para detectar la presencia de esta proteína se utilizó la técnica denominada «espectrometría de masas para medir con precisión las cantidades de dos formas de la beta-amiloide que disminuyen en la sangre en la medida en que aumentan su acumulación en el cerebro», según el trabajo.
La investigación incluyó a 158 adultos mayores de 50 años a los que se les hizo una prueba de sangre para detectar la beta-amiloide, pero también se les aplicó una Tomografía Cerebral por Emisión de Positrones (PET) y se tomó en cuenta la edad y la APOE4.
Estudios anteriores han determinado que en las personas mayores de 65 años el riesgo de alzhéimer se duplica cada cinco años y la presencia de APOE4 supone un riesgo mayor, en una proporción de hasta cinco veces, de desarrollar la enfermedad.
Al combinar los resultados de la prueba de sangre con los otros factores de riesgo, el análisis ofreció un efectividad de 94% en la detección del alzhéimer, incluso superior a los resultados obtenidos a través del PET.
La investigación igualmente destacó las ventajas de una prueba de sangre «que cuesta unos pocos cientos de dólares» en comparación con cada PET cuyo costo es de cerca de 4.000 dólares.
Sin embargo, «no eran los 4.000 dólares por cada examen PET lo que nos preocupaba. Era el millón de pacientes que están sufriendo mientras nosotros no tenemos un tratamiento. Si podemos aplicar estas pruebas más rápidamente, eso nos acercará a acabar con esta enfermedad», defendió Bateman.
H/T – Elcomercio