Las obras en el cruce de la carretera N-IV con la A-471 han dejado al descubierto una necrópolis de origen romano con más de 30 enterramientos, conservada en unas magníficas condiciones.
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En los últimos días, el trabajo de los arqueólogos ha sido frenético en toda la zona ya que, con el objetivo de evitar los temidos saqueos que suelen sufrir estos hallazgos, los cuerpos ya han sido retirados y han pasado a la custodia de los diferentes organismos competentes de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, donde van a ser sometidos a un exhaustivo análisis.
«Los primeros análisis realizados inducen a pensar que los cuerpos encontrados en esta importante necrópolis corresponden al siglo I d.C.», ha indicado Javier Mena, técnico de Cultura del Ayuntamiento utrerano, en declaraciones a Utrera Digital. «Los cuerpos estaban enterrados casi en la superficie y, al haber aparecido en una ubicación muy cercana a la carretera, el paso de los años apenas ha tenido efectos sobre ellos, se han conservado muy bien, ya que no han sido tierras utilizadas para el laboreo», precisaba Mena.
El área donde han aparecido estos restos ya estaba protegida por la carta arqueológica de Utrera, que la señala como una zona de especial interés y que cuenta con una apasionante historia desde hace muchos siglos. Aunque en la actualidad se trate de un enclave deshabitado, se ha tratado históricamente de un lugar con una tierra especialmente rica, donde se cultivaban las materias primas –la triada mediterránea, compuesta por pan, aceite y vino- que posteriormente se embarcaban en los puertos gaditanos con destino a Roma.
«Es un lugar que tiene un pasado romano incuestionable, donde se ubicaban numerosas villae –nuestros actuales cortijos- donde vivían agricultores que cultivaban la tierra de las explotaciones agrícolas que se encontraban en la zona», comenta el historiador palaciego Julio Mayo.
El actual enclave El Torbiscal se halla entre los términos jurisdiccionales de tres municipios romanos, a la sazón Siarum y Salpensa –que se encontraban en el actual término municipal de Utrera- y Cumbaria, identificada en la actual Las Cabezas de San Juan y que ya fueron reseñados por el historiador romano Plinio. A todo ello hay que unir la cercanía del lugar en el que han aparecido los restos con el puente romano de Las Alcantarillas, que cuenta con una inscripción que lo vincula a Roma y que pudo levantarse en el siglo I a.C. Un puente que servía para salvar el arroyo Salado, que proveía de recursos hídricos a toda la zona y que formaba parte de la Vía Augusta en el tramo que unía Híspalis (Sevilla) con Gades (Cádiz).
«El principal valor de toda la zona en la época romana era principalmente su riqueza agropecuaria, y el poblado de El Torbiscal se encuentra en un enclave estratégico donde se cultivaban las materias primas para cubrir posteriormente la ruta terrestre hacia los puertos gaditanos, desde donde ya se enviaban hacia cualquier lugar de los territorios que dominaba Roma», explica Mayo.
El hallazgo de esta importante necrópolis romana vuelve a poner de manifiesto la riqueza arqueológica por la que destaca el término municipal de Utrera, donde en las últimas décadas numerosos especialistas han reflejado la posible existencia de una importante antigua ciudad romana en el subsuelo junto al pantano Torre del Águila de El Palmar de Troya (Siarum) y se han encontrado restos tan destacados como la «Tabula Siarensis», un documento epigráfico que contiene un decreto del Senado Romano en honor al hijo adoptivo del emperador Tiberio.
En el año 2009, muy cerca de la Fuente de los Ocho Caños, en la vereda denominada como «Puerta Verde de Utrera», también aparecieron los restos arqueológicos de una antigua villa romana, ese tipo de construcciones de las que son herederas los actuales cortijos y haciendas que pueden localizarse con facilidad en el término municipal de la localidad.
H/T – Utreradigital