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Su objetivo era crear conciencia sobre los efectos negativos que el alcohol puede generar tanto en la salud física como mental.
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Un hombre de la ciudad australiana de Brisbane se sometió a sí mismo a un experimento que consistió en beber alcohol todos los días durante un mes. Conan Visser, de 37 años, llegó a consumir hasta 40 unidades de alcohol al día, y frecuentemente empezaba a llenar la copa a las 10 de la mañana.
La idea de tal desafío era crear conciencia sobre los efectos negativos que el alcohol puede generar tanto en la salud física como mental. Para ello, Visser grabó y compartió su experiencia en su cuenta de TikTok, en la que reveló a sus seguidores que durante el reto engordó 10 kilos, le diagnosticaron gota y se gastó más de 10.000 dólares.
«Lo hago para ayudar a otros a tomar mejores decisiones sobre la comida y el alcohol y para concienciar sobre la salud mental», aseguró a Daily Mail el australiano, quien fue supervisado por médicos y especialistas a lo largo de su experimento.
El Departamento de Salud del Gobierno de Australia advierte que los adultos no deben consumir más de diez unidades estándar de alcohol por semana o más de cuatro en un solo día (una unidad estándar equivale a 10 gramos de alcohol puro según la legislación australiana). Durante su experimento, Visser salía con sus amigos cinco días a la semana, tomaba un promedio de tres unidades por hora y no dormía lo suficiente.
Como consecuencia, su cuerpo y su estado mental empezaron a experimentar cambios. Por ejemplo, en cuestión de 30 días su peso aumentó de 75 a 85 kilos, a la vez que sus analíticas revelaron resultados preocupantes.
«Mi análisis de sangre mostró que mis enzimas hepáticas y renales habían duplicado el rango normal en las primeras dos semanas y luego nuevamente al final, cuando tuve gota, eran más del doble», explicó el australiano en uno de sus clips, asegurando que se sintió «realmente enfermo» dos veces. Asimismo, explicó que se dio una semana de descanso por su cumpleaños, pero tras beber durante tres días más acabó «en el hospital con daño hepático y vomitando incontrolablemente».
Al finalizar su experimento, para purificar su organismo, Visser empezó un «ayuno de agua», y a menudo acompañaba el líquido con jugo de limón o vitamina C.
H/T – Actualidad