Una bola de fuego que cayó sobre Groenlandia podría ayudar a estudiar mundos alienígenas; este fenómeno natural fue detectado a 43,3 kilómetros de altitud y se estima que la explosión generó 2,1 kilotones d energía.
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Una bola de fuego que explotó el pasado verano sobre la ciudad de Qaanaaq, en el norte de Groenlandia, ofreció una oportunidad de oro para estudiar la estructura de mundos lejanos recubiertos de hielo, según un estudio presentado recientemente en la reunión anual de la Unión Geofísica Americana en Washington (EE.UU.).
La bola de fuego fue detectada el 25 de julio a una altitud de 43,3 kilómetros. Según el científico de la NASA Ron Baalke, la energía de la explosión se estimó en 2,1 kilotones.
Mientras tanto, en mayo-agosto de 2018, el equipo del Sismómetro para Investigar el Hielo y la Estructura del Océano (SIIOS, por sus siglas en inglés) instaló un conjunto sísmico a 70 kilómetros al norte de Qaanaaq. El propósito de la investigación del SIIOS es usar sismómetros para medir cómo se podrían desarrollar los terremotos en los mundos y lunas alienígenas helados (como la luna helada de Júpiter, Europa, y la luna helada de Saturno, Encélado), utilizando análogos basados en la Tierra, como la capa de hielo de Groenlandia.
En el estudio el equipo, liderado por el geofísico Nicholas Schmerr de la Universidad de Maryland (EE.UU.), informó que los sensores del Sismómetro les permitieron aislar un «evento sísmico candidato consistente con la trayectoria del punto de impacto proyectado de la bola de fuego».
La nueva investigación aún no ha sido revisada por expertos, pero los datos preliminares sugieren que el epicentro del «impacto putativo» se ubicó «cerca del glaciar Humboldt en la capa de hielo de Groenlandia».
«Este evento candidato de impacto sísmico registrado por un sistema sísmico basado en un módulo de aterrizaje es el primer análogo sísmico de alta fidelidad para eventos de impacto en mundos helados e informará a la ciencia del impacto a través de todos los objetos del Sistema Solar», explicaron los autores del estudio.
H/T – RT