Científicos cavan un pozo de más de dos kilómetros de profundidad, con el propósito de ayudar a los investigadores a estudiar los efectos del calentamiento global.
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Un grupo de científicos británicos perforó con éxito un pozo de más de dos kilómetros de profundidad —el más grande de la Antártida Occidental— en la Corriente de hielo Rutford del continente helado, que ayudaría a los investigadores a estudiar los efectos del calentamiento global.
El proyecto, dirigido por la British Antarctic Survey y denominado BEAMISH, comenzó hace 20 años, y en 2004 ya se intentó, sin éxito, cavar un agujero. El pasado 8 de enero, después de 63 horas de perforación continua con un taladro de agua caliente, el equipo de 11 investigadores finalmente logró alcanzar el sedimento, que se encuentra a una profundidad de 2.152 metros.
Los científicos introdujeron varios instrumentos en el pozo para tomar medidas como la presión del agua, la temperatura del hielo y la deformación.
«He esperado este momento durante mucho tiempo y estoy encantado de que finalmente hayamos logrado nuestro objetivo», dijo Andy Smith, científico de la British Antarctic Survey. «Hay lagunas en nuestro conocimiento de lo que está sucediendo en la Antártida Occidental, y al estudiar el área donde se asienta el hielo sobre sedimentos blandos podemos entender mejor cómo esta región puede cambiar en el futuro y contribuir al aumento global del nivel del mar», explicó el investigador.
El pasado 22 de enero el equipo excavó un segundo agujero, y planea trabajar en la zona hasta mediados de febrero.
H/T – RT