La Luna vuelve a estar en la mira de varias naciones, tras el reciente interés estadounidense por regresar al satélite. A finales de este año, la misión Chang’e de China comenzará el viaje hacia la cara oculta de la Luna, donde estudiará la geología local y probará los efectos de la gravedad lunar en insectos y plantas.
Para ser precisos, se trata de un programa que ya ha enviado dos orbitadores y un módulo de aterrizaje a la Luna.
Las plantas e insectos de esta nueva misión, irán incluidos en el módulo de aterrizaje, dentro de un contenedor de aleación de aluminio.
«El contenedor enviará patatas, semillas de arabidopsis y huevos de gusano de seda a la superficie de la Luna. Los gusanos pueden producir dióxido de carbono, mientras que las papas y las semillas emiten oxígeno a través de la fotosíntesis. Juntos pueden establecer un ecosistema simple en la Luna», explicó Zhang Yuanxun, diseñador jefe del contenedor.
Esta será la primera vez que se envía una misión a una región inexplorada en la cara oculta de la Luna, la denominada Cuenca del Polo Sur-Aitken. Se trata de una región de gran impacto en el hemisferio sur, con aproximadamente 2.500 kilómetros de diámetro y 13 kilómetros de profundidad, también es la cuenca de impacto más grande de la Luna y una de las más grandes del Sistema Solar.
La importancia e interés científico de la cuenca no es solo por su tamaño, la región también contiene grandes cantidades de hielo de agua. Los especialistas piensan que estos son los resultados de los impactos de meteoros y asteroides que dejaron restos de agua que sobrevivió debido a la forma en que la región está permanentemente en la sombra. Sin luz solar directa, el hielo de agua en estos cráteres no ha estado sujeto a la sublimación ni a la disociación química.
La misión también busca determinar si los organismos terrestres pueden crecer y prosperar con la gravedad lunar, que es aproximadamente el 16% de la de nuestro planeta. Estudios previos realizados a bordo de la ISS han demostrado que la exposición prolongada a la microgravedad puede tener considerables efectos sobre la salud, pero se sabe poco sobre los efectos a largo plazo de la menor gravedad.
China, además, tiene la intención de darle seguimiento con más misiones robóticas y un intento de misión con tripulación en aproximadamente 15 años.
H/T – Gizmodo