La nueva especie es una de las dos descubiertas por un grupo de entomólogos finlandeses durante una expedición en Uganda.
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Dos nuevas especies de avispas parásitas engrosan desde hace poco la ya de por sí diversa familia de este tipo de insectos. Fueron descubiertas por una expedición de la universidad finlandesa de Turku, que las encontró en una región subecuatorial de África, concretamente en el parque nacional de Kibale, en Uganda.
Durante un año, los entomólogos consiguieron capturar con trampas especiales y también a mano más de 450 especímenes de avispas, informa un comunicado difundido este martes por la universidad. Todos los ejemplares pertenecían a seis especies de la subfamilia Rhyssinae, dos de ellas, desconocidas hasta ahora.
La de menor tamaño fue denominada Epirhyssa johanna, en honor a la esposa del autor principal del estudio, Tapani Hopkins, Johanna. Esta avispa tiene la cara blanca, antenas y mandíbulas negras y el cuerpo es predominantemente de color anaranjado.
“Ninguna otra especie tiene el mismo patrón de color”, afirma el artículo científico del equipo, publicado en la revista ZooKeys. Sus dimensiones tampoco son habituales, ya que mide menos de un centímetro de longitud, sin contar las antenas ni el ovipositor (puesto que el único espécimen capturado fue una hembra). En comparación, las especies más grandes de Rhyssinae pueden llegar a medir hasta diez centímetros de largo.
La segunda especie, bautizada como Epirhyssa quagga, es la más abundante en Kibale, señala el estudio. Los investigadores la nombraron así por su coloración rayada que recuerda al patrón de color de una subespecie extinta de cebras: la quagga. Los especímenes más grandes miden hasta 14,3 milímetros, siendo los machos normalmente más pequeños que las hembras.
Todos los ejemplares de esta ‘avispa cebra’ fueron capturados en bosques, lo que hizo pensar a los científicos que este insecto se siente “atraído por la madera en descomposición”. Sin embargo, el estudio no ha conseguido establecer con certeza en qué huéspedes ponen los huevos las hembras de estas dos especies parásitas para que sus crías se alimenten durante su fase larvaria.
Hace unos meses, científicos chinos identificaron otras dos nuevas especies de avispas parásitas cuyo hábitat es un área del Tíbet situada a 3.400 metros de altura sobre el nivel del mar.
H/T – Tn23