Los óvulos de las dos últimas hembras de rinoceronte blanco del norte han sido fecundados ‘in vitro’ con éxito.

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Científicos han podido madurar e inseminar siete óvulos obtenidos de las dos últimas hembras de rinoceronte blanco del norte, una subespecie en peligro de extinción de la que no hay ningún macho vivo.

El 22 de agosto de 2019 un grupo internacional de veterinarios extrajo un total de diez óvulos de las rinocerontes Najin y Fatu, que actualmente viven en el parque de conservación Ol Pejeta, en Kenia. A continuación llevaron a cabo la fecundación ‘in vitro’ con el semen congelado obtenido hace varios años de dos machos de la misma especie, detalla Reuters este lunes.

Según estiman los propios autores de la exitosa operación, se trata del «siguiente paso crítico para crear embriones viables que se pueden congelar y luego transferir a madres sustitutas de rinoceronte blanco del sur». Recurrir al servicio de hembras de la subespecie ‘hermana’ será el próximo paso del equipo dedicado a la recuperación de este animal casi extinto.

Pese a los grandes avances de la fecundación ‘in vitro’ en personas, para aplicarlos a estos animales «tuvieron que desarrollarse completamente desde cero tanto la técnica como los equipos», afirmó el profesor Thomas Hildebrandt, cuyas palabras recoge un comunicado del Instituto Leibniz de Zoología e Investigación de la Vida Silvestre y varias instituciones colaboradoras de Kenia, Italia y la República Checa.

Los óvulos fueron extraídos directamente de los ovarios de Najin y Fatu mientras se encontraban bajo anestesia general. El procedimiento se realizó con una sonda guiada por ultrasonido.

En varios zoológicos se mostraron sorprendidos por la alta tasa de maduración conseguida (7:10 respecto al material primario), puesto que semejante proporción de éxito en su práctica no se había logrado ni siquiera con la subespecie del sur.

La fecundación demostró que las dos hembras supervivientes son todavía capaces de proporcionar óvulos y ayudar a preservar su linaje.

Ambas fueron trasladadas del zoológico de Dvur Kralove, en la República Checa, a Kenia en diciembre de 2009, cuando los biólogos todavía tenían la esperanza de que pudieran ser fecundadas de manera natural. Sin embargo, después de varios intentos de apareamiento con machos de su subespecie ninguna de las dos quedó embarazada.

Un examen de su salud estableció en 2014 que no podían dar parto. Ese mismo año y en el 2018 murieron los dos últimos ejemplares macho de rinoceronte blanco del norte, cuya esperma había sido crioconservada con el fin de utilizar alguna técnica de reproducción asistida, algo que ahora se ha hecho factible.

Debido a la caza furtiva, la población de rinocerontes blancos del norte se redujo a dos ejemplares desde los aproximadamente 20.000 que había en los años 1970.

H/T – Actualidad