Científicos del Instituto de Investigación Scripps (SRI, por sus siglas en inglés), un centro de investigación sin fines de lucro con sedes en California y Florida (EE.UU.), han descubierto que pueden revertir el deseo de beber en ratas dependientes del alcohol con solo ‘prender’ un interruptor.
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Usando láseres, los investigadores pudieron desactivar temporalmente una determinada población neuronal del cerebro que está relacionada con el comportamiento de búsqueda de alcohol e incluso lograron reducir los síntomas físicos de la abstinencia
Construyendo el interruptor
Olivier George, profesor asociado del SRI y autor principal del estudio, ha venido buscando junto a sus compañeros las células cerebrales específicas que impulsan los antojos de alcohol durante años. En 2016, identificaron una región del cerebro, un conjunto neuronal denominado neuronas del factor liberador de corticotropina (CRF), ubicado en la amígdala.
Los investigadores estudiaron estas neuronas utilizando la optogenética, una técnica que implica el uso de la luz para controlar las células en tejidos vivos. Mediante el uso de fibras ópticas implantadas quirúrgicamente en el cerebro de las ratas, el equipo del SRI pudo iluminar las neuronas de CRF con un láser, desactivándolas con solo tocar un interruptor.
Primero, las ratas habían sido inducidas a desarrollar una dependencia del alcohol durante varios meses. Luego los investigadores les quitaron la sustancia. Los roedores mostraron los síntomas esperados de abstinencia, como temblores y marcha anormal. Cuando volvieron a darles alcohol, los investigadores vieron que las neuronas CRF de las ratas se activaron, lo que llevó a las roedores a beber más que antes.
Un simple prender y apagar
Sin embargo, cuando los científicos prendieron el interruptor, el comportamiento de las ratas cambió drásticamente. El intenso deseo de beber en exceso desapareció por completo y comenzaron a hacerlo tan poco como antes de su adicción. Incluso los síntomas de abstinencia física de estos roedores disminuyeron.
El efecto podría revertirse simplemente desactivando los implantes de láser. Tan pronto como se apagó el interruptor, las ratas volvieron a beber en exceso ya que las neuronas CRF volvieron a activarse. Esto proporciona, según los científicos, una evidencia aún mayor del vínculo entre las neuronas objetivo y el deseo por consumir la sustancia.
Aunque el tratamiento con láser está lejos de estar listo para el uso en los humanos, George cree que la identificación de estas neuronas abre la puerta al desarrollo de terapias con medicamentos o incluso genéticas contra la adicción al alcohol.
H/T – Lacalle