¡OMG! Esta es una de esas noticias que no quisiéramos que existieran, ¿Cómo es posible que oler comida, sin tan siquiera comerla, te puede hacer engordar? Es lo que científicos de la Universidad de Berkeley demostraron a través de ratones: el olfato juega un papel fundamental a la hora de almacenar o quemar calorías.
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Incluso, los científicos señalan que este hallazgo puede ser la clave entre la conexión del olfato con regiones del cerebro que controlan el metabolismo.
Así es, un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Berkeley ha demostrado que oler la comida nos puede hacer subir de peso, por lo que el sentido del olfato juega un papel primordial en cómo nuestro cuerpo almacena la comida.
Para dicho estudio usaron dos ratones obesos; a uno de ellos le quitaron el olfato y el otro estaba en perfectas condiciones. En el transcurso del experimento notaron que el que no podía oler alimentos bajó de peso, a pesar que los estaban alimentando con la misma cantidad.
Para seguir comprobando esto, aumentaron el sentido del olfato de otro ratón y notaron que subió aún más de peso que el ratón con olfato normal.
De esta forma, los hallazgos sugieren que el olor de lo que comemos puede jugar un papel transcendental en cómo nuestro cuerpo trata con las calorías. Si no puedes oler tu comida, es posible que las quemes en vez de almacenarlas’ explican en el sitio de la Universidad de Berkeley.
Por ahora solo se ha probado en ratones, los cuales reaccionan a situaciones de estrés con grandes cantidades de adrenalina en áreas del cerebro encargadas de quemar grasa. Mientras que aún no demuestra que suceda exactamente lo mismo con los humanos, sin embargo, de acuerdo a los investigadores, plantea nuevos caminos para tratar la obesidad.
H/T – Excelsior