Los antropólogos Francisco Garrido y Catalina Morales analizaron cuatro cabezas humanas encontradas en las ruinas de la Iglesia Colorada, en Chile.
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El hallazgo de cuatro cráneos en el Valle de Copiapó (norte de Chile) sin los cuerpos ni las joyas que acostumbraban usar los incas en los rituales funerarios, han ofrecido pistas de que esta antigua civilización era un ‘imperio del terror’.
Un reciente análisis de los antropólogos Francisco Garrido y Catalina Morales en la revista Latin America Antiquity, a cuatro cráneos encontrados en las ruinas de la Iglesia Colorada, sugiere que los incas exhibían cabezas cercenadas en poblaciones recientemente conquistadas para demostrar su poder.
De acuerdo con los antropólogos del Museo de Historia Natural de Chile, los incas implementaron «nuevas formas de violencia ideológica» para demostrar poder y asegurar la obediencia de las poblaciones recientemente incorporadas al imperio.
Les compartimos una investigación 🔍 de Francisco Garrido, Curador del Área de Antropología, y de la Antropóloga Catalina Morales, publicada en @CambridgeCore, sobre la expansión y dominio incaico hacia el sur.
Garrido y Morales estudiaron cuatro cráneos fragmentados y cortados, que datan de la era del horizonte tardío (1476-1532), que eran un misterio tras su hallazgo en 2003. De acuerdo con sus investigaciones, estas cabezas decapitadas tenían orificios en la bóveda del cráneo y marcas en la mandíbula que sugieren que se trataba de cabezas exhibidas como trofeos.
«El uso performativo de muestras impactantes y poderosas de violencia puede haber ayudado a demostrar el control político y garantizar el cumplimiento del dominio inca», escriben los autores, argumentando que el lugar del hallazgo, la Iglesia Colorada, pudo haber sido un foco de resistencia al imperio.
Para los antropólogos, la exhibición de cabezas humanas cercenadas representa un «patrón funerario sin precedentes en la región».
Como muchas civilizaciones antiguas, los incas creían que la muerte era un viaje hacia otra vida, por lo que tenían rituales para despedir los cuerpos, que consideraban sagrados.
H/T – Actualidad