La red de telefonía móvil 5G promete ser extremadamente rápida, incluso se habla de 100 veces más, y capaz de soportar mayor cantidad de dispositivos conectados. Aunque aún está en desarrollo, el prometedor sistema se está probando activamente en varios países de todo el mundo.
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A diferencia de su antecesora, la actual 4G que se introdujo por primera vez en 2009, esta nueva red móvil planea usar, además del espectro habitual de comunicación, frecuencias más altas, conocidas como ondas milimétricas. Estas, aunque pueden transferir mayor cantidad de datos, solo recorren distancias cortas, razón por la cual la 5G requerirá de la instalación de pequeñas bases receptoras.
Estos artefactos transmitirán señales entre ellos y entre las torres 5G gracias a una tecnología demoninada Massive MIMO (múltiple entrada múltiple salida). Así, las nuevas torres de telefonía tendrán muchos más puertos de antena (unos 100) y los móviles podrán enviar información a varias frecuencias: en lugar de transmitir en todas direcciones como sucede en la actualidad, el sistema 5G enfocará sus señales y los receptores enviarán y recibirán datos al mismo tiempo.
¿Por qué es más rápida? Las numerosas estaciones bases reducirán significativamente el tiempo que tardan las ondas en viajar de un lado a otro y permitirá que algunos datos alojados en servidores cercanos sean descargados velozmente. En lugar de que una solicitud sea enviada lejos, las bases ubicadas cerca de los sitios que almacenan la información evitarán congestiones en el sistema de redes y la posibilidad de captar señales de radios de baja potencia contribuirá al ahorro de batería de los dispositivos.
“Más antenas en las torres y el hecho de que los datos pueden transmitirse y recibirse simultáneamente debería permitir más conexiones casi sin demora”, resalta el artículo.
Se prevé que la red móvil de quinta generación pueda llegar a ser “100 veces más rápida que la red actual, con velocidades cercanas a los 10 Gb por segundo”. En otras palabras, esto permitiría la descarga de una película en alta calidad en cuestión de segundos.
Asimismo, aumentará la velocidad de transmisión y el ancho de banda total, características que buscan acomodarse a la creciente demanda de otros objetos de uso diario distintos a los teléfonos celulares que envían y reciben datos. Por ejemplo, las comunicaciones entre vehículos autónomos serán más rápidas, algo que debería significar menos accidentes y congestión de tráfico. En telemedicina, la transmisión casi instantánea de video y datos permitiría a los cirujanos operar de forma remota utilizando bisturíes robóticos.
¿Cuándo entrará en acción?
Empresas como AT&T ha llevado a cabo pruebas en hogares y negocios de EE.UU., y Corea del Sur testó el servicio para los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang 2018. Qualcomm, el mayor fabricante de chips para teléfonos móviles, asegura que algunos proveedores podrían comenzar a ofrecer 5G comercialmente en 2019.
No obstante, los estándares que serán usados en toda la industria aún no han sido definidos. Por ahora, algunas empresas apostarán por las tecnologías que probablemente se utilizarán y se apropiarán de las patentes relacionadas, pero finalmente serán los grandes fabricantes los que decidan qué tan rápido progresará el 5G.
La consultora irlandesa Acceture estima que la actualización al sistema 5G costará 275 millones de dólaresdurante siete años en EE.UU, aunque es difícil calcular cómo eso podrá traducirse en un precio mensual por el servicio.
H/T – Lacalle