La compañía inmobiliaria nipona Mori Building presentó el diseño de un nuevo rascacielos de 330 metros de altura que se construirá en el centro de Tokio para 2023, y que se convertirá en el edificio más alto de Japón.
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El rascacielos, revestido de vidrio y acero, tendrá uso residencial y de oficinas, y se levantará en el distrito de Toranomon-Azabudai, según los detalles del proyecto presentados en rueda prensa por Mori Building.
El edificio superará así al actual rascacielos más alto de Japón, Abeno Harukas, de 300 metros de altura, construido en la ciudad de Osaka, al oeste de Japón.
El proyecto, que cuenta con un presupuesto de 600.000 millones de yenes (5.092 millones de euros/5.640 millones de dólares), es uno de los más ambiciosos acometidos hasta ahora por Mori Building, que cuenta con varios edificios de alto perfil en la capital nipona.
El rascacielos formará parte de un nuevo complejo que tendrá un área total de 8,1 hectáreas y que también incluirá un hotel y un colegio internacional.
«En el contexto actual de creciente competencia entre ciudades, necesitamos ofrecer más alojamientos y oficinas con estándares internacionales en Tokio», dijo el presidente de la compañía constructora, Shingo Tsuji, en su comparecencia ante los medios.
Pese a que se convertirá en el edificio más alto de Japón, se espera que el rascacielos de Mori Building sea desbancado de ese puesto a partir de 2027, para cuando el grupo inmobiliario Mitsubishi proyecta terminar la construcción de otro edificio de 390 metros de altura próximo a la estación de trenes de Tokio.
H/T – Informe21