Científicos logran reducir los efectos del envejecimiento deteniendo la actividad de un elemento genético egoísta presente en el genoma humano.
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Un equipo internacional de científicos, dirigidos por investigadores de la Universidad de Rochester (Estados Unidos), ha logrado reducir los efectos del envejecimiento deteniendo la actividad del retrotransposón LINE1, un elemento genético egoísta presente en el genoma humano, usando para ello medicamentos para combatir el VIH, según un estudio publicado recientemente en la revista Cell Metabolism.
Si bien son muchos los factores que contribuyen al proceso de envejecimiento, una de las principales causas es la inflamación celular relacionada con la edad, que puede ser amplificada por los retrotransposones, un fragmento de ADN capaz de moverse y multiplicarse por el genoma.
Aproximadamente el 20 % del genoma humano y de los ratones está compuesto del elemento genético egoísta LINE1, que no tiene ninguna función útil. Desde hace mucho tiempo se creía que este retrotransposón contribuía al cáncer y la inestabilidad genómica, pero los autores de este trabajo han determinado que el daño causado por este parásito genético es aún mayor.
En la investigación, los científicos demostraron que el LINE1 se vuelve más activo con la edad, contribuyendo al desarrollo de la inflamación y enfermedades asociadas con el envejecimiento. Además, con el avanzar de la edad pierden efectividad los mecanismos moleculares que mantienen a raya a los elementos genéticos egoístas, lo que facilita que los retrotransposones se reactiven.
Asimismo se demostró que, a medida que el LINE1 se reactiva, algunas de sus copias escapan del núcleo celular hacia el citoplasma. Las moléculas del citoplasma, que suministran protección ante la invasión de un virus y ADN extraño, reconocen a los retrotransposones y activan una falsa alarma en forma de inflamación.
Los responsables de este trabajo descubrieron que se puede reducir la actividad del LINE1 utilizando medicamentos que inhiben la transcriptasa inversa, una enzima que cataliza la formación de ADN de este parásito genético. Este tipo de medicamentos fueron desarrollados originalmente para combatir la transcriptasa inversa en pacientes con VIH. La aplicación de estos fármacos en los ratones usados en el estudio mejoró la salud de los roedores y redujo la inflamación celular relacionada con el envejecimiento.
Con estos nuevos conocimientos sobre el LINE1 y sus efectos sobre la inflamación, los científicos esperan desarrollar métodos dirigidos a inhibir este tipo de elementos genéticos egoístas. «Estas intervenciones pueden servir como nuevas formas de terapia para enfermedades relacionadas con la edad impulsadas por la inflamación, como la neurodegeneración, el cáncer, la diabetes y las enfermedades autoinmunes», destacó Vera Gorbunova, coautora del estudio.
H/T – RT