A través de una entrevista al diario «Bild», Alexander Stuart-Houston, sobrino nieto del dictador Hitler, ha desvelado cómo acabó viviendo en Estados Unidos y sus políticos predilectos.

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Vive en Patchogue, Long Island, en Nueva York, y en su jardín ondea una bandera de EE.UU. Sus padres lo bautizaron como Alexander Adolf, pero ninguno de sus vecinos podía sospechar que ese segundo nombre de pila es un homenaje familiar a su tío abuelo, Adolf Hitler.

El diario alemán Bild ha encontrado a este descendiente del líder nazi, que eliminó de su documentación el «Adolf» para evitar toda relación y se cambió de apellido después de la guerra. Su padre, el sobrino del dictador, era William Patrick Hitler, su vez, hijo de Alois Hitler, medio hermano del Führer. «No oculto miprocedencia familiar, pero no es algo de lo que me enorgullezca», ha dicho a los reporteros de Bild, con los que no ha tenido problemas para conversar sobre política.

«Ella me gusta. Es buena. Parece ser una persona formal e inteligente», ha dicho sobre la canciller alemana, Angela Merkel, una opinión muy favorable, sobre todo en comparación con su valoración del presidente estadounidense Donald Trump, al que tilda de «mentiroso». «Es la última persona que diría que admiro. Definitivamente no es uno de mis favoritos. No me gustan los mentirosos», ha sentenciado.

Su padre, William, nació en Liverpool en 1911, de Alois y Brigid Dowling, una joven irlandesa a la que conoció mientras trabajaba en una cantina en Dublin. Cumplidos los 30 años y aprovechando la creciente influencia de su tío Adolf, decidió abandonar su ciudad natal y su familia para probar suerte en Alemani, donde esperaba conseguir rápidamente trabajo. Se inscribió en el Partido Nacional Socialista y fue efectivamente contratado en un banco en Berlín, en un puesto bastante por encima de su formación. Según Alexander, sin embargo, «nunca fue feliz en Berlín». «No le gustaba el clima ni la comida.

Su tío nunca le ayudó a ascender, como él esperaba y terminó marchándose a EE.UU.», relata los recuerdos que guarda la familia. Willy, como habla de él su descendiente, lo dejó todo escrito en un diario que fue hallado mucho tiempo después y en el que consta también su decisión, más tarde, de enrolarse en la Marina y de ir a combatir en la Segunda Guerra Mundial contra los alemanes. Al terminar la guerra, William regresó a Patchogue, pero dejó en un muy segundo plano su origen familiar. A partir de 1946 borró el apellido Hitler de su vida y lo cambió por Stuart-Houston.

«Sencillamente no quería tener nada que ver con eso, yo me he comportado como se espera de un buen patriota en este país y no deseaba que mis hijos se vieran perjudicados por algo de lo que no tienen la culpa. Nadie elige la familia en la que nace».

H/T – ABC