Los restos del extraño animal tienen aproximadamente 66 millones de años de antigüedad, y se asemeja a un tejón.
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Un equipo de investigadores descubrió el esqueleto casi completo de un extraño animal llamado Adalatherium, que al traducirlo de los idiomas malgache y griego significa «bestia loca». El hallazgo se produjo en Madagascar y el estudio fue dirigido por David Krause, curador principal de paleontología de vertebrados en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver (EE.UU).
Los restos tienen aproximadamente 66 millones de años de antigüedad y el animal se asemeja a un tejón. Sin embargo, su «extravagante» esqueleto tiene características primitivas en el hocico nunca antes vistas en el linaje, que conduce a los mamíferos modernos, según un comunicado del museo.
La «bestia loca» tenía más agujeros en su cara que cualquier otro mamífero conocido, los mismos que servían como pasajes para los nervios y vasos sanguíneos. Su hocico era una parte muy sensible y estaba cubierta de bigotes. Además, en la parte superior tenía un agujero muy grande cuyo rasgo no se ha visto en ningún animal de este tipo.
«El Adalatherium es solo una pieza, pero una pieza importante en un gran rompecabezas sobre la evolución temprana de los mamíferos en el hemisferio sur […] Desafortunadamente, la mayoría de las piezas aún faltan», agregó Krause.
El animal pertenece a un grupo extinto de mamíferos conocidos como gondwanatherianos, porque sus ejemplares se han encontrado únicamente en el antiguo supercontinente de Gondwana. Antes de su descubrimiento, solo se habían encontrado dientes aislados, fragmentos de mandíbula y un cráneo.
Otras características
La «bestia loca» se define también por la forma particular de sus dientes, y su columna tenía más vértebras que cualquier mamífero mesozoico. Además, uno de los huesos de las piernas estaba curiosamente curvo.
El animal tenía aproximadamente el tamaño de una zarigüeya, pero los expertos consideran que incluso era muy grande para aquella época, pues los mamíferos que vivían junto a los dinosaurios eran mucho más pequeños, en promedio, como un ratón.
H/T – RT