Un grupo de investigadores ha descubierto en Irán, un extraño petroglifo, el cual podríamos considerar como el petroglifo más extraño encontrado hasta el momento debido a que esta compuesto por una figura humanoide y una figura animal, conformando una especie de simbiosis mitad hombre, mitad animal; el cual plantea muchas inquietudes sobre lo que realmente quisieron reflejar estos hombres prehistóricos.
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El descubrimiento publicado en la revista de investigación de ortópteros (Journal Of Orthoptera Research), fue realizado por un equipo de arqueólogos y entomólogos, en la localidad de Teymareh en Irán; los cuales han descrito un antiguo petroglifo que representa a una extraña criatura humanoide con seis extremidades, parte hombre y parte mantis religiosa.
Petroglifo “Mantis en cuclillas”. A. El petroglifo inspeccionado, ubicado en la región de Teymareh, condado de Khomein, provincia de Markazi, Irán. IFRAO (Federación Internacional de Organizaciones de Arte Rupestre) Escala estándar: 10 cm de extremo a extremo. Crédito de la foto: M. Naserifard. B. Dibujo en blanco y negro del motivo (ilustración de M. Kolnegari).
Los investigadores que han realizado estudios de datación a los petroglifos, han determinado que estos datan de al menos 4.000 años de antigüedad, algo que aún más los hizo indagarse sobre el motivo con el cual el hombre primitivo realizó una de sus primeras obras de arte mezclando a un hombre y a un animal en un cuerpo, o al menos comprender qué quiso decirnos con esta obra prehistórica.
Al igual, los investigadores han determinado por los análisis que las extremidades y la cabeza triangular con ojos grandes en el petroglifo, sugieren que se trata de la especie de mantis religiosa Empusa. Una especie de insecto mantodeo de la familia Empusidae caracteriza por su aspecto de palo y su inconfundible penacho o cresta en la cabeza conocido científicamente como Empusa pennata, que se encuentra presente en Irán.
Aunque no es muy claro el motivo por el cual los hombres prehistóricos realizaron estos petroglifos, los investigadores se encaminan en creer que estos estuvieron motivados en su admiración de estos insectos por sus habilidades en la cacería. El hombre prehistórico pudo haber estado fascinado con este insecto debido a su capacidad de caza, lo que puede haber sido una inspiración para realizar este extraño petroglifo mitad hombre, mitad mantis religiosa.
H/T – Cienciasnacionales