El análisis de trazas de plomo en las centenarias capas de hielo de Groenlandia y el Ártico ruso ha descubierto nuevas muestras de la pandemia bubónica que azotó a Europa en la época medieval.
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La contaminación por plomo en el hielo ártico ha puesto de relieve los cambios históricos a gran escala ocurridos en actividades industriales, tanto en los tiempos medievales como más recientes, tales como la antigua producción de plomo y de plata y la actual quema de combustibles fósiles, sugiere un estudio de un equipo internacional de científicos, publicado en la revista PNAS.
Durante siglos y milenios enteros, ciertos procesos industriales europeos –en particular, la fundición de plata y la quema de combustibles– estuvieron emitiendo plomo a la atmósfera. Y esa contaminación llegó, mediante las corrientes atmosféricas, a lugares tan remotos como los hielos del Ártico y Groenlandia.
Partiendo de que ese pesado mineral se utilizó en la producción y extracción de metales preciosos –como la plata–, y el hecho de que los niveles naturales de plomo en el ambiente son muy bajos, los científicos han descubierto que los depósitos presentes en las capas de hielo del Ártico son un indicador claro de la actividad económica general a lo largo de la historia.
«El aumento constante de la contaminación por plomo en los hielos formados a principios y en la Edad Media y Alta [cerca de 800 a 1300 d.C.] indica que la economía europea se estaba desarrollando rápidamente en ese momento. Este crecimiento se detuvo en los siglos XIII-XVI, cuando Europa se vio afectada por las epidemias de peste y decreció la concentración de plomo en el hielo», explicó el líder del estudio, Joe McConnell, director del laboratorio de química ambiental en Reno, Nevada (EE.UU.), en alusión a la llamada peste bubónica o ‘muerte negra’ que azotó el territorio europeo durante el siglo XIV.
«La contaminación por plomo en los registros del núcleo de hielo disminuyó durante la Edad Media Tardía y el Período Moderno Temprano [desde 1300 a 1680], cuando la peste devastó esas regiones, lo que indica que la actividad económica se estancó», sostuvo.
En los últimos años, dado el calentamiento global, los científicos se han interesado activamente en cómo la actividad humana y el crecimiento de la población en toda la Tierra pudieron haber influido en el clima y la ecología antes de la era industrial.
Por ejemplo, hace un año, climatólogos australianos analizaron una serie de «crónicas» climáticas naturales y descubrieron que el calentamiento global no pudo comenzar a mediados del siglo XX, sino en 1880-1890, cuando Europa y América vivieron un brusco auge industrial.
H/T – Actualidad