Una de las imágenes más icónicas de la saga Star Wars es la de Luke Skywalker mirando el atardecer en su planeta nativo, Tatooine, con dos soles poniéndose en el horizonte. La ciencia se ha encargado de probar que el imaginario de George Lucas es más real de lo que parece, y desde 2011 ya han descubierto nueve planetas orbitando dos estrellas.
Esta semana, astrónomos de la Universidad de San Francisco (EE.UU.) y de la Universidad del Estado de San Diego (EE.UU.) descubrieron un décimo planeta con estas características.
Se trata del planeta Kepler-453b, el que orbita entre dos estrellas en el sistema Kepler 453, el que se encuentra dentro de la denominada “zona habitable” de las estrellas que lo acogen, es decir, a una distancia en que la temperatura podría ser óptima para albergar vida, tal como en la Tierra.
Sin embargo, los expertos calcularon que el planeta tiene un radio de 6,2 veces la Tierra y, por esta razón, se trataría de un gigante de gas, como Júpiter o Saturno y no un planeta rocoso, lo que impediría que allí existiese vida.
También afirmaron que las estrellas orbitan entre ellas cada 27 días, la más grande es casi del mismo tamaño del Sol, mientras que la más pequeña, tiene cerca del 20% de su tamaño. En total, Kepler-453b demora 240 días en orbitar las dos estrellas.
“Si hubiésemos observado este planeta antes o después de lo que lo hicimos, no habríamos visto nada y habríamos asumido que no existía un planeta ahí”, afirmó Stephen Kane, profesor de física y astronomía de la U. de San Francisco, miembro del equipo que hizo el descubrimiento. “Esto sugiere que hay muchos más de este tipo de planetas de lo que pensamos, y simplemente estamos viendo en el momento equivocado”, agregó.
H/T – latercera.com