Un grupo de astrónomos ha descubierto un planeta prohibido. Se trata de un mundo que existe en una franja que no se creía posible hasta ahora. Un planeta con unas características similares a las de Neptuno, pero muy cerca de su estrella…
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El nuevo exoplaneta descubierto se encuentra en pleno desierto neptuniano. Este nombre hace referencia a un fenómeno observado desde hace algún tiempo. Porque, entre todos los descubrimientos que se han hecho hasta la fecha, no se ha observado ningún mundo, de un tamaño similar a Neptuno, que se encuentre muy cerca de su estrella. En este contexto, muy cerca implica una órbita inferior a 4 días de duración. Oficialmente, el exoplaneta recibe la denominación NGTS-4b, pero ya tiene un nombre no oficial.
Se lo han dado los propios investigadores, que lo denominan el planeta prohibido. Simplemente, porque todo hacía pensar que este tipo de mundos no podían encontrarse tan cerca de sus estrellas. De hecho, tiene que ser un exoplaneta muy interesante. Está justo en la zona en la que se pensaba que los planetas como Neptuno no podrían sobrevivir. Además, ha sido detectado por el método de tránsito. Consiste en analizar la luz de una estrella en busca de caídas en su brillo. Si esas caídas suceden a intervalos regulares, pueden indicar la presencia de un planeta.
En el caso de NGTS-4b, ha sido descubierto porque su estrella bajaba su brillo en menos de un 0,2%. Es un porcentaje extremadamente pequeño. Tanto que, hasta ahora, no se había logrado realizar detecciones con telescopios en la superficie de nuestro planeta. En este hallazgo, se ha utilizado uno de los telescopios del Observatorio Paranal, en el desierto de Atacama, en Chile. Se trata de la Búsqueda de Tránsitos de Próxima Generación (Next-Generation Transit Survey en inglés, que se abrevia como NGTS).
NGTS-4b, o el planeta prohibido (si te gusta más ese nombre), orbita alrededor de la estrella NGTS-4. Está, aproximadamente a 920 años-luz del Sistema Solar. Tarda 1,3 días en dar una vuelta alrededor de su estrella. Tiene 20 veces la masa de la Tierra y es 3 veces más grande. También parece haber retenido su atmósfera, algo que resulta sorprendente por la cercanía a su estrella. A esa distancia, el planeta lo debería haber tenido muy difícil para retener el gas. Aunque eso es algo que también puede dar pistas sobre su presencia.
Porque los investigadores creen que hay una explicación para que el planeta esté dentro del llamado desierto neptuniano. Seguramente, se formó en algún otro lugar de su sistema. Con el tiempo, migró hacia el interior hasta terminar en esa franja en la que siempre se ha creído que los planetas como Neptuno no podrían encontrarse. Es posible, además, que en realidad fuese mucho más grande en su origen y que, con el tiempo, haya perdido material hasta alcanzar sus dimensiones actuales. La migración pudo producirse hace 1 millón de años.
Si están en lo cierto, cabe suponer que este planeta prohibido solo lo será durante un breve tiempo (en la escala cósmica). Cabe suponer que, a esa distancia, tarde o temprano terminará perdiendo el gas que todavía lo rodea y se convertirá en una roca completamente seca. Pero, en cualquier caso, es un hallazgo interesante. Quizá este tipo de planetas solo puedan mantener sus características durante un breve período de tiempo, pero indica que el desierto neptuniano quizá no esté tan vacío como se pensaba hasta ahora.
Después del hallazgo inicial con el telescopio NGTS, los investigadores utilizaron otros telescopios e instrumentos para asegurarse de que la detección era completa. Así como para entender mejor las características y particularidades de NGTS-4b. Por delante queda todavía mucho trabajo por hacer. Los investigadores ya están pensando en seguir sus observaciones de otros astros. ¿Hasta qué punto es común encontrar mundos como Neptuno en una distancia muy pequeña de sus estrellas? Sabemos que los júpiteres calientes son abundantes.
Pero, hasta ahora, no se conocía ningún planeta en el desierto neptuniano. Con más observaciones, no es descartable que vayan apareciendo otros planetas de estas características en otros lugares de la galaxia. Su estudio podría mostrar, también, si han sufrido alguna migración reciente. Es decir, con más ejemplos que poder analizar, será más fácil entender cuáles son las características comunes que pueden permitir que este tipo de mundos existan. Por ahora, el descubrimiento de NGTS-4b no deja de ser un gran hallazgo.
Es un buen recordatorio de que queda mucho por descubrir en la Vía Láctea. Los sistemas planetarios que se siguen descubriendo son, en muchos casos, muy diferentes a la configuración que estamos acostumbrados a ver en el Sistema Solar. La variedad de planetas, en órbitas muy diferentes a las que describen en nuestro pequeño rincón, es muy grande. Entender en qué órbitas podemos esperar encontrar los diferentes tipos de planetas, y cómo terminan en sus posiciones finales, también permitirá entender mejor la historia del Sistema Solar.
H/T – Astrobitacora