Un vestigio de una vieja masacre de más de 6.000 años fue descubierto al este de Francia y los arqueólogos aseguran que es la prueba de una «furia guerrera ritualizada».

En Achenheim, a unos 10 kilómetros de Estrasburgo, un equipo del Instituto Nacional de Investigación Arqueológica (Inrap), descubrió un conjunto de más de 300 «silos», es decir, fosas cubiertas que sirven sobre todo para almacenar cereales y otros productos del Neolítico, pero en su interior encontraron algo poco normal.

Estos depósitos están situados en el interior de un amplio recinto, representado por una fosa en forma de V. Un dispositivo defensivo que evoca «tiempos confusos, un periodo de inseguridad que, en el Neolítico medio entre 4400 y 4200 antes de nuestra era, fuerza a la población a protegerse», explicaron los arqueólogos del Inrap en una conferencia de prensa.

En el fondo de uno de los depósitos yacen los restos de diez individuos, aparentemente víctimas de una masacre.

Los arqueólogos encontraron seis esqueletos completos que presentan varias fracturas, sobre todo en las piernas, en las manos y en el cráneo. «Fueron torturados duramente y recibieron golpes violentos, machacados por hachas de piedra», informó Philippe Lefranc, especialista del Neolítico en el Inrap. Se sugiere que se trata de guerreros ya que todos ellos son de sexo masculino.

Se encontraron cuatro brazos procedentes de tres hombres y de un joven de entre 12 y 16 años. Estos brazos eran, sin duda, «trofeos guerreros», como los que fueron encontrados en 2012 en Bergheim, en el norte de Estrasburgo, según Lefranc.

«Este ensañamiento sobre cadáveres y sus mutilaciones» podría tratarse de la «expresión de una furia guerrera ritualizada», agregaron los expertos.

 

H/T – Informe21