Tras varios estudios, se demostró que el rasguño de un gato puede desencadenar una terrible enfermedad neurológica.
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Un nene de 14 años inquietó a sus padres al desarrollar extraños síntomas psiquiátricos. El menor se sentía abrumado, confundido, deprimido, y sufría agitación.
Esto fue un cambio brusco para sus padres, quienes pensaron que se trataba de algo común para su edad, ya que el menor se comportaba activo y sociable. Fue entonces cuando decidieron llevarlo a distintos médicos especialistas para averiguar qué le sucedía.
Los profesionales tardaron dos años en encontrar un diagnóstico. Durante ese tiempo de incertidumbre, el menor fue hospitalizado varias veces, además dos psiquiatras le diagnosticaron esquizofrenia.
Pero el niño comenzó a manifestar nuevos síntomas aún más preocupantes, como alucinaciones, fatiga excesiva, dolores en el pecho, y dificultades para respirar.
Tampoco quería moverse de su casa. En el año 2016, el menor fue internado nuevamente, por 11 semanas consecutivas, para que los médicos lo analicen, aunque siempre terminaban por atribuirle la misma condición: esquizofrenia.
Al volver del hospital para su vivienda, los padres del chico observaron que tenía estrías en la axila y el muslo, pero ya no querían llevarlo a una institución para que lo examinen.
En enero del 2017, un doctor reconoció esas marcas como lesiones provocadas por el rasguño de un gato.
El profesional, entonces, determinó su nuevo diagnóstico, el cual se trataba de neurobartonelosis.Se trata de una infección provocada por la bacteria Bartonella que puede causar síntomas neurológicos. La patología también es conocida como enfermedad o fiebre del rasguño del gato.
Debido a la rareza del caso, los especialistas decidieron publicar el reporte en la revista científica Journal of Central Nervous System Disease.
Los especialistas aseguran que para prevenir el contagio es preciso mantener a los felinos libres de pulgas, con las vacunas al día. También es preciso que los gatos se mantengan en sus viviendas el mayor tiempo posible.
Gracias a este diagnóstico, los médicos le administraron al menor antibióticos durante dos meses, el cual se recuperó por completo y no tuvo secuelas.
H/T – Informe21