“Una gran cantidad de la información arqueológica que documenta la vida de los aborígenes está ahora bajo el agua”, explicó uno de los investigadores.
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Los primeros enclaves arqueológicos subacuáticos aborígenes, que datan de hace miles de años, cuando el lecho marino actual era tierra firme, fueron descubiertos frente a la costa noroeste de Australia, comunicó este jueves la Universidad Flinders, copartícipe de la investigación.
“Australia es un continente muy grande, pero pocas personas se dan cuenta de que más del 30% de su superficie terrestre fue anegada por el aumento del nivel del mar después de la última glaciación”, señaló Jonathan Benjamin, coordinador del Programa de Arqueología Subacuática de la Universidad Flinders. “Esto significa que una gran cantidad de la información arqueológica que documenta la vida de los aborígenes está ahora bajo el agua“, agregó.
En los últimos cuatro años, el equipo internacional de arqueólogos, especialistas en arte rupestre, geomorfólogos, geólogos y buzos científicos localizaron y estudiaron artefactos antiguos de dos yacimientos sumergidos frente a la costa de la región de Pilbara, en Australia Occidental.
En el yacimiento del cabo Bruguieres, los investigadores hallaron más de 260 objetos de piedra, incluidos molinos y piedras para moler, a una profundidad de hasta 2,4 metros, reza un estudio publicado en la revista PLOS ONE. Basado en los datos ambientales y la datación por radiocarbono, sugirieron que los artefactos tienen al menos 7.000 años de antigüedad.
Mientras, en el segundo enclave, que data de al menos unos 8.500 años, en el Pasaje de Espuma Volante, fueron encontradas huellas de actividades humanas asociadas con un manantial de agua dulce sumergido a 14 metros, incluyendo una herramienta de corte de piedra hecha de material de origen local.
“Estos territorios que ahora están bajo el agua conservan un ambiente favorable para los asentamientos indígenas, que incluyen agua dulce, diversidad ecológica y oportunidades para explotar los recursos marinos que habrían permitido una densidad de población relativamente alta”, explicó Michael O’Leary, geomorfólogo marino de la Universidad de Australia Occidental.
H/T – Prensaobjetiva