La ciencia nos sigue dando buenas nuevas, esta vez con la noticia de que el agujero de la capa de ozono de se ha reducido más de cuatro millones de kilómetros cuadrados.
Los científicos especialistas en el tema observaron las primeras señales de que la capa de ozono comienza a recuperarse, según un estudio publicado en la última edición de la revista “Science”.
En sí, un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) descubrió que el agujero de la capa de ozono se ha reducido más de cuatro millones de kilómetros cuadrados desde el año 2000, cuando alcanzó su máximo.
Más de la mitad de esa reducción se la debemos solamente a la disminución del cloro atmosférico, mientras que la recuperación se ha ralentizado en ocasiones a consecuencia de los efectos de las erupciones volcánicas pero, en general, el agujero de la capa de ozono parece estar en el camino de la recuperación, según informan los científicos.
«Podemos estar seguros de que los pasos que hemos dado han puesto al planeta en el camino de la recuperación», afirma Susan Solomon, la autora principal del estudio y profesora de Química Atmosférica y Ciencia Climática en el MIT.
El gran hueco que daño la capa de ozono se cerraría de manera permanente hacia mediados de siglo, a medida que los niveles de cloro vayan disipándose de la atmósfera, según lo ve Solomon, pues a su parecer no hay motivos por los que el agujero de la capa de ozono no seguiría encogiéndose.
«La ciencia ha ayudado a mostrar el camino, los diplomáticos, países e industria han sido increíblemente capaces de trazar un camino de salida para esas moléculas y ahora estamos realmente viendo cómo el planeta empieza a ponerse mejor. Es algo maravilloso», celebró Solomon.
Para llevar a cabo este estudio, los científicos analizaron cada registro del agujero de la capa de ozono del mes de septiembre entre el año 2000 y 2015.
«Creo que hemos estado, yo incluida, demasiado enfocados en octubre, porque es el mes en el que el agujero de la capa de ozono es enorme y está en su momento de gloria», apuntó Solomon.
Además, detalló que: «Pero octubre también está sujeto a variaciones como los ligeros cambios en la meteorología. Septiembre es un mes mejor para hacer las observaciones porque la química del cloro está firmemente en control del índice al que el agujero se forma en ese momento del año».
H/T – eltiempo