Ver películas y emocionarnos con historias de ficción aumenta nuestros niveles de endorfinas, lo que funciona como un analgésico natural y alivia el dolor.

La peculiar propiedad analgésica al ver películas de ficción fue descubierta por un grupo de científicos de Oxford, que han publicado las conclusiones de sus experimentos en la revista ‘Open Science’.

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Los investigadores británicos señalan que contar historias ha servido para cohesionar las comunidades humanas desde que nuestra especie empezó a formar tribus de cazadores-recolectores, pero hasta ahora no se habían estudiado sus bases evolutivas y biológicas.

En el estudio pusieron a varios voluntarios a ver la película ‘Stuart: Una vida al revés’, la conmovedora historia de un mendigo con una infancia complicada, mientras que el resto contempló un documental meramente informativo. Luego les hicieron pruebas para medir su umbral de dolor y sus niveles de endorfinas.

Resultó que quienes se habían emocionado con la película aguantaron durante más tiempo una postura incómoda y dolorosa –quedarse en posición de sentados con la espalda recta contra la pared– que los espectadores del documental.

Si bien el “subidón” de endorfinas, según señalan los expertos, no explica por completo nuestra afición a las historias, aseguran que debe ser tomado como un factor de peso que lleva a a ver películas, a sumergirnos en las páginas de una novela o a no perdernos ningún capítulo de nuestra serie favorita.

H/T – Muy Interesante