La paradójica situación descrita por un bloguero fue posible porque la empresa de reparto de comida a domicilio Doordash ofrecía las pizzas a un precio más bajo que el propio restaurante.
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El bloguero neoyorquino Ranjan Roy relató el pasado domingo el caso de su amigo, propietario de la red de restaurantes Aj’s NY Pizzeria, quien ganó dinero comprando sus propias pizzas.
Durante más de una década el empresario, cuyo nombre no se menciona, se resistió a trabajar con cualquier servicio de entrega a domicilio. No obstante, en marzo del año pasado llamó a Roy y le dijo que había recibido varias llamadas de compradores que se quejaban de que habían encargado pizzas y que cuando las recibieron ya estaban frías.
Un poco más tarde, se dio cuenta de que Google indicaba que sus restaurantes ofrecían la opción de reparto a domicilio mediante la compañía de entrega de comida Doordash, que nunca había contactado con Aj’s NY Pizzeria. Asimismo, el empresario descubrió que el servicio vendía sus pizzas por un precio considerablemente inferior al que las vende él mismo en su restaurante. Por ejemplo, una pizza que comprada en Aj’s cuesta 24 dólares solo valía 16 si se encargaba a través de Doordash.
Roy y su amigo supusieron que la diferencia se debía a un error de la plataforma, que confundió los precios de la pizza simple de queso y la especial, y decidieron intentar beneficiarse de él.
«Si alguien le pagara a Doordash 16 dólares por una pizza, y Doordash le pagara a su restaurante 24 dólares por una pizza, entonces claramente debería pedir sus propias pizzas a través de Doordash, todo el día. Y ganaría 8 dólares por pizza», explica Roy.
Tras pedir las 10 primeras pizzas, los dos amigos calcularon que, dado que el costo de producción de una pizza es de 7 dólares, realmente solo ganaban un dólar por pizza, así que la segunda vez pidieron 10 pizzas sin ingredientes, de manera que ganaron 7,5 dólares por pizza, es decir, un total de 75 dólares.
«Durante unas semanas […] hicimos una serie de esas ‘transacciones’. Tenía realmente curiosidad por saber si Doordash se daría cuenta, pero no lo hicieron», escribe Roy, que agrega que, a pesar de que inicialmente llegó a plantearse la posibilidad de crear una red de restauradores que utilizaran esta estrategia para ganar dinero, al final lo descartó y prefirió volver a su trabajo habitual como creador de estrategias de contenido.
Aparte de ser una anécdota, esta historia muestra que a veces grandes plataformas valoradas en miles de millones de dólares operan con ineficacia, señala Roy.
«Hay fondos de capital increíblemente grandes que crean un modelo de negocio increíblemente ineficiente que pierde dinero», afirma el bloguero.
H/T –Actualidad