Científicos han descubierto unas increíbles megafusiones de galaxias del amanecer del universo; la gran colisión, ocurrida poco después del Big Bang, dará lugar a uno de los objetos más grandes del universo.
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Científicos han descubierto una colisión cósmica de proporciones épicas, tras haber empleado dos telescopios de vanguardia con el propósito de observar los confines del universo. Cuando el universo tenía apenas el 10% de su edad actual, 14 galaxias terminaron colisionando entre sí, creando una megafusión que se detalla en las revistas Nature y Astrophysical Journal gracias al trabajo de dos equipos. De esta forma, los astrónomos han sido testigos de los inicios de una gigantesca aglomeración cósmica.
Esta megafusión está destinada a evolucionar hacia una de las estructuras más masivas del universo conocido: un grupo de galaxias colosales, unidas gravitacionalmente por materia oscura y nadando en un mar de gas ionizado caliente.
El interferómetro ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) y el experimento APEX (Atacama Pathfinder Experiment) los científicos han indagado en las profundidades del espacio hasta la época en la que el universo tenía unos 1.400 millones de años. Hallar una concentración sorprendentemente densa de 14 galaxias listas para fusionarse, ha sorprendido a los expertos.
Las galaxias individuales de este evento están formando estrellas unas 50-1.000 veces más rápido que nuestra galaxia (se conocen como galaxias starburst) y están ‘comprimidas’ dentro de una región del espacio de aproximadamente tres veces el tamaño de la Vía Láctea. El cúmulo de galaxias resultante finalmente rivalizará con algunos de los cúmulos más masivos que vemos hoy en el universo.
El sistema, llamado SPT2349-56, se considera un protocúmulo y la fusión ocurre 1,5 billones de años después del Big Bang. A medida que estas galaxias se fusionan, van a formar una sola galaxia masiva, probablemente el progenitor de las galaxias del cúmulo central que vemos en el universo actualmente.
«Cómo este conjunto de galaxias se hizo tan grande y tan rápido es un misterio. No se acumuló gradualmente durante miles de millones de años, como podrían esperar los astrónomos», dijo Tim Miller de la Universidad de Yale y líder del trabajo. «Este descubrimiento proporciona una gran oportunidad para estudiar cómo las galaxias masivas se unieron para construir enormes cúmulos de galaxias».
«Se cree que la duración de los brotes de formación estelar polvorientos es relativamente corta, ya que consumen el gas a un ritmo extraordinario. En cualquier momento, en cualquier rincón del universo, estas galaxias suelen ser minoría. Por lo tanto, encontrar numerosos brotes de formación estelar polvorientos brillando al mismo tiempo de ese modo es muy desconcertante, y algo que todavía necesitamos comprender», aclara Iván Oteo de la Universidad de Edimburgo y líder del otro equipo.
Las galaxias fueron descubiertas por primera vez como objetos muy débiles por instrumentos como el Telescopio del Polo Sur y el observatorio de la Agencia Espacial Europea Herschel. Las observaciones posteriores revelaron que las manchas de luz no eran galaxias únicas, sino que en realidad eran megafusiones con muchos miembros galácticos.
«Estos descubrimientos de ALMA son solo la punta del iceberg», comenta Carlos De Breuck, astrónomo del Observatorio Europeo Austral. «Observaciones adicionales con el telescopio APEX muestran que el número real de galaxias formadoras de estrellas es probablemente incluso tres veces mayor».
El universo primitivo sigue lleno de incógnitas, pero finalmente (y literalmente) vemos algo de luz en la oscuridad.
H/T – MuyInteresante