Las momias fueron halladas en Saqqara, en la que fuera la necrópolis principal de la antigua ciudad de Menfis, y cerca de la pirámide de Zoser, considerada la primera de todos los tiempos.

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Arqueólogos polacos que trabajan en Egipto han descubierto varias decenas de momias de hace aproximadamente 2.000 años, según informa «The First News».

Las momias se han encontrado en un increíble escondite cerca de la pirámide más antigua del mundo, la de Zoser, en el antiguo cementerio de Saqqara, o sea en la necrópolis principal de la antigua capital egipcia de Menfis.

El hallazgo ha sido realizado por el equipo de arqueólogos polacos del Departamento de Egiptología de la Facultad de Estudios Orientales de la Universidad de Varsovia dirigida por el Dr. Kamil Kuraszkiewicz.

Se espera que el descubrimiento de los cuerpos momificados ayude a los investigadores a comprender mejor un sitio muy importante y también las creencias religiosas de los antiguos egipcios comunes y corrientes.

Los expertos de la Universidad han estado investigando este lugar durante casi 20 años y han realizado numerosos descubrimientos importantes, según recuerda « Ancient Origins». Sus descubrimientos incluyen el averiguar que había dos necrópolis al oeste del complejo funerario de la Pirámide de Zoser, que con su forma escalonada característica fue construida en el siglo 27 Aa.C. y por ello es considerada la primera pirámide de la historia.

Momias modestas

En contraste con los sarcófagos ornamentados y las cámaras funerarias de los faraones, la mayoría de las momias que ha descubierto este equipo fueron encontradas tumbadas con modestos arreglos, cuenta el medio polaco «The First News.

«La mayoría de las momias que descubrimos eran muy modestas, solo fueron sometidas a tratamientos básicos de bálsamo y luego se envolvieron en vendas y se colocaron directamente en huecos excavados en la arena», dijo Kuraszkiewicz, que dirige las excavaciones.

Este especialista ha querido llamar la atención sobre la decoración de los ataúdes de madera, que presentan aparentemente jeroglíficos pero que son una imitación. «El artesano que lo pintó previsiblemente no sabía leer y quizás trató de reproducir algo que había visto antes», ha apuntado.

Este investigador ha dirigido recientemente su trabajo al «foso seco», a la zanja profunda que rodea el área sagrada de la pirámide porque cree que ahí puede verse reflejada las creencias de los egipcios sobre la vida después de la muerte.

«El foso seco podría haber sido un modelo de un camino, que el faraón tuvo que cruzar para alcanzar la vida eterna, un camino con obstáculos como muros con pasajes ubicados cerca de la parte superior, quizás protegidos por criaturas peligrosas», dijo.

H/T – ABC