Investigadores encontraron evidencia de que los celtas de la Edad de Hierro embalsamaban las cabezas cortadas de sus enemigos; en cerca de 100 fragmentos de cráneos estudiados, los especialistas hallaron marcas de decapitación, así como signos de que sus cerebros y lenguas fueron removidos.
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Al estudiar fragmentos de cráneos descubiertos cerca de la localidad de Le Cailar, en el sur de Francia, un equipo de investigadores encontró evidencia de que los celtas de la Edad de Hierro hicieron intentos de embalsamar las cabezas decapitadas de sus enemigos.
Según reporta el portal Phys.org, los especialistas estudiaron más de 100 fragmentos de cráneos que dataron en el siglo III antes de Cristo, es decir, cuando el lugar era un asentamiento celta. Se cree que esos restos pertenecieron a combatientes enemigos caídos en combate, y cuyas cabezas probablemente fueron cortadas después.
Así, precisa el portal, los investigadores señalan que muchos de esos cráneos presentan cortes que apuntan a que fueron decapitados, mientras que las marcas halladas en algunos sugieren que sus cerebros y lenguas fueron removidos.
Asimismo, un análisis mostró evidencia de colesteroles y ácidos grasos en esos fragmentos, así como pequeñas cantidades de un compuesto químico que se produce cuando se descomponen las resinas de coníferas, lo que ocurre generalmente durante su calentamiento. Por su parte, análisis de calaveras de animales excavadas en el mismo lugar no mostraron rastros de tales resinas.
Lo que sugieren los autores del estudio es que los cráneos humanos fueron sumergidos en un líquido a base de resina, como una forma de embalsamamiento. De momento, los especialistas no pueden explicar por qué los celtas de la Edad de Hierro trataron de embalsamar las cabezas cortadas, pero suponen que así pudieron manifestar respeto hacia guerreros destacados.
H/T – RT