Unos pergaminos de oro y plata fueron encontrados juntos a varios esqueletos quemados hace 2.000 años en la ciudad de Serbia de Kostolac, los cuales contienen unas inscripciones en griego y arameo que traen de cabeza a un grupo de arqueólogos locales, quienes están tratando de descifrar los hechos impresos en dichos pergaminos.
Miomir Korac, arqueólogo jefe del yacimiento reveló que: “el alfabeto de las inscripciones está en griego, del que sabemos bastante. Sin embargo, el lenguaje está en arameo, lo que es un misterio para nosotros”, según se publica en el medio el “Guardian”.
Dicho hallazgo fue descubierto en la base de una estación de energía movida por carbón en la ciudad de Kostolac, situada en el noreste de Serbia, lugar que se estaba acondicionando para la construcción de otra ala de la planta de electricidad que está edificada sobre la antigua ciudad romana de Viminacium.
De esta forma, la semana pasada, después de una cuidadosa labor de cepillado que tenía como propósito retirar la tierra de los huesos, el equipo de expertos coordinador por Korac halló dos amuletos hechos de plomo que, al ser abiertos, tenían en su interior varios rollos de metales preciosos como la plata o el oro, inscritos por símbolos.
Así, los arqueólogos consideran que las inscripciones se tratan de hechizos mágicos, debido a la gravedad con la que invocan a los poderes divinos para la búsqueda del bien o del mar.
Ilija Dankovic afirmó, desde la excavación junto a más esqueletos de personas que databan del siglo IV a.C.: “Podemos leer los nombres de unos pocos demonios, que están relacionados con el territorio de la moderna Siria”.
Los frágiles pergaminos nunca podrían ser entendidos: “Son los primeros amuletos de este tipo descubiertos en Serbia, pero son similares a los de otros países”, apuntó Dankovic.
Asimismo ha señalado que en aquella época “amaban los amuletos porque a través de ellos pedían que alguien se enamorase, pero también había una parte oscura, de malignos maleficios del tipo ´deseo que tu cuerpo se quede tan frío y pesado como el plomo´”.
Por otro lado, destaca que los amuletos mágicos solían ser quemados, junto a los fallecidos cuya muerte había sido violenta. Esto se debía a la creencia en que “el alma de estas personas tardaba más en encontrar el justo descanso y debía de tener las máximas opciones de encontrar demonios y deidades, a los que hacerles llegar sus deseos y que surtiera efecto su magia”.
H/T – abc