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Científicos del Centro Nacional de Ciencias Espaciales de China calcularon que bastarían 23 cohetes Long March 5 para desviar un asteroide de su trayectoria a una distancia mayor que el radio de la Tierra.
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Investigadores chinos quieren enviar más de 20 de los mayores cohetes de China para practicar el rechazo de un asteroide de tamaño considerable, una técnica que podría ser crucial si una roca asesina está en curso de colisión con la Tierra.
La idea es más que ciencia ficción. En algún momento entre finales de 2021 y principios de 2022, Estados Unidos lanzará una nave espacial robótica para interceptar dos asteroides relativamente cercanos a la Tierra.
Cuando llegue un año después, la nave de la NASA se estrellará contra el más pequeño de los dos cuerpos rocosos para ver cuánto cambia la trayectoria del asteroide. Será el primer intento de la humanidad de cambiar el curso de un cuerpo celeste.
En el Centro Nacional de Ciencias Espaciales de China, los investigadores descubrieron en simulaciones que 23 cohetes Long March 5 golpeando simultáneamente podrían desviar un gran asteroide de su trayectoria original en una distancia 1,4 veces el radio de la Tierra.
Sus cálculos se basan en un asteroide apodado Bennu, que orbita alrededor del sol, y que es tan ancho como el Empire State Building es alto. Pertenece a una clase de rocas con potencial para causar daños regionales o continentales. Los asteroides de más de 1 km tendrían consecuencias globales.
Aunque la probabilidad de que Bennu choque con la Tierra es solo de 1 entre 2.700, la destrucción potencial sería tan catastrófica que los científicos ya han empezado a pensar en formas de evitar el lanzamiento de los dados.
El centro científico citó un estudio publicado recientemente en Icarus, una revista sobre ciencia planetaria.
Los cohetes Larga Marcha 5 son clave para las ambiciones espaciales de China a corto plazo, desde la entrega de módulos de la estación espacial hasta el lanzamiento de sondas a la Luna y Marte. China ha lanzado con éxito seis cohetes Larga Marcha 5 desde 2016, y el último causó algunas preocupaciones de seguridad cuando sus restos reentraron en la atmósfera en mayo.
«La propuesta de mantener la etapa superior del cohete de lanzamiento a una nave espacial de guía, haciendo un gran ‘impactador cinético’ para desviar un asteroide, es un concepto bastante bueno», dijo el profesor Alan Fitzsimmons del Centro de Investigación de Astrofísica de la Universidad de Queen’s Belfast.
«Al aumentar la masa que golpea el asteroide, la simple física debería garantizar un efecto mucho mayor», declaró Fitzsimmons a Reuters, aunque, añadió, el funcionamiento real de una misión de este tipo debe estudiarse con mayor detalle.
Según las estimaciones actuales, hay aproximadamente un 1 % de posibilidades de que un asteroide de 100 metros de ancho choque con la Tierra en los próximos 100 años, dijo el profesor Gareth Collins del Imperial College de Londres. «Algo del tamaño de Bennu colisionando es unas 10 veces menos probable», dijo Collins.
Alterar la trayectoria de un asteroide presenta un riesgo menor que hacer estallar la roca con explosivos nucleares, que pueden crear fragmentos más pequeños sin cambiar su curso, dicen los científicos.
«Es posible defenderse de los grandes asteroides con una técnica libre de armas nucleares dentro de 10 años», declaró el investigador Li Mingtao al South China Morning Post.
H/T – Dw