Cabe recordar que Daniel Bashir es un joven pakistaní que representó a su país en las reuniones previas al sínodo de los jóvenes que tuvieron lugar en el Vaticano el pasado mes de marzo. Allí se hizo un selfie con el Papa Francisco que fue viral en las redes sociales.
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Según afirmó el joven, el Papa le pidió que rezara a diario por la paz en Pakistán. En su breve encuentro durante las reuniones previas al Sínodo, Daniel obsequió al Papa con un chal estampado, tradicional de la provincia paquistaní de Sindh.
Pero este joven también fue protagonista de una curación sorprendente. “Decidí entregar mi vida al servicio de Dios porque Él me ha salvado”, explicó Daniel Bashir, de 26 años.
Según cuenta, durante sus años de niñez, Daniel no podía hablar bien, un defecto que lo llevó a aislarse. Sin amigos y avergonzado por sus problemas de habla, se sentía enfadado.
Sin embargo, todo cambió en el año 2003 cuando entró junto a su madre en una iglesia. “Ante Cristo Eucaristía, me confié a Él para que me sanara. Y sin la ayuda de doctores, poco a poco comencé a hablar de nuevo”, explicó el joven.
Sus problemas con el habla venían de nacimiento. Según recuerda, se comunicaba con su madre a través de gestos. “Pero no tenía amigos, estaba totalmente desesperanzado. Me sentía avergonzado y dolido en mi corazón”, precisa.
El día que fue con su madre a la iglesia, Daniel escuchó a un sacerdote que explicaba cómo antes de Pentecostés los discípulos estaban solos junto con la Virgen María, y el Espíritu Santo descendió sobre ellos.
“Yo me sentía en esa misma situación: no tenía amigos, estaba solo y tenía miedo en mi corazón. Así que me dirigí a Cristo Eucaristía y le dije: ‘Yo soy un instrumento en tus manos. Por favor, úsame’. Desde ese día comencé a mejorar poco a poco. Fue un gran milagro en mi vida”.
Según explica, la llamada al sacerdocio la descubrió el 2 de diciembre de 2012 cuando tuvo que hablar ante más de 300 jóvenes y se dio cuenta de todo lo que había conseguido desde que su problema con el habla desapareció.
“Comencé a llorar porque sabía que había sido obra de Cristo. Sentí la gracia de Dios sobre mí y entendí que quería servirle y ser sacerdote. Mi familia apoyó mi decisión, a pesar de que me exigieron que terminara mis estudios primero. Ahora, gracias a Dios, soy médico y puedo ser sacerdote para servir a los enfermos”, recuerda.
Daniel es el responsable en Pakistán de Jesus Youth, movimiento de misioneros laicos. Y como misionero ha visitado numerosas ciudades de Pakistán, Tailandia, Sri Lanka y los Emiratos Árabes donde organizaba grupos de oración con la Biblia.
“En la Tierra tenemos tres tareas: conocer, amar y servir a Dios. Y es a través de la Biblia donde encontramos respuestas a nuestras preguntas”, apunta.
A pesar de las dificultades que puede encontrar en la evangelización en un país mayormente musulmán como es Pakistán, Daniel asegura que “como católicos paquistaníes, debemos respetar el país y la religión oficial de la nación en la que vivimos. Debemos respetar las religiones de los demás y exigir respeto por la nuestra”.
H/T – Aciprensa