La satisfacción con la vida, la autoestima y la felicidad de los adolescentes se desplomaron después de 2012 y una de las principales causas es el uso exagerado del celular.
Te puede interesar: Uso constante de celulares y audífonos disminuye audición
De acuerdo a un estudio, los adolescentes que pasan más tiempo enganchados al celular son «notablemente» más infelices que los que invierten más tiempo en otras actividades, tales como el deporte o la lectura.
«¿Por qué los niños súper conectados de hoy están creciendo menos rebeldes, más tolerantes, menos felices y completamente desarmados para la fase adulta?», se preguntó el autor principal de la investigación, Jean Twenge, de la Universidad Estatal de San Diego, California, EE.UU.
Para examinar este fenómeno, Twenge y sus colegas analizaron datos del estudio «Monitoring the Future», una encuesta representativa de más de un millón de jóvenes estadounidenses de entre 15 y 18 años.
En dicha encuesta, se preguntaba a los jóvenes sobre la frecuencia de uso de sus teléfonos, tabletas y computadoras, así como preguntas sobre sus interacciones sociales y su nivel de felicidad general.
En promedio, hallaron que los adolescentes que pasaban más tiempo frente a los dispositivos de pantalla eran «notablemente» más infelices que aquellos que invirtieron más tiempo en actividades como deportes, lectura e interacción social cara a cara.
Sin embargo, la abstinencia total de la pantalla tampoco conduce a la felicidad, debido a que los adolescentes más felices usaban soportes digitales un poco menos de una hora por día.
Después de ese punto (una hora diaria de tiempo enganchado a la pantalla), el nivel de infelicidad aumenta constantemente al mismo ritmo.
Así que «La clave del uso de los soportes digitales y la felicidad es el uso limitado», dijo Twenge.
Al observar las tendencias históricas de los mismos grupos de edad desde la década de 1990, los investigadores encontraron que la proliferación de dispositivos de pantalla a lo largo del tiempo coincidió con una disminución general de la felicidad entre los adolescentes.
En concreto, la satisfacción con la vida, la autoestima y la felicidad de los jóvenes se desplomaron después de 2012, año en que el porcentaje de estadounidenses que poseían un teléfono inteligente aumentó por encima del 50 por ciento.
«El mayor cambio en la vida de los adolescentes entre 2012 y 2016 fue el aumento en la cantidad de tiempo que pasaron usando medios digitales, y la posterior disminución en las actividades sociales en persona y el sueño», aseguró el científico.
H/T – Clarín