Kowloon fue, por décadas, un pequeño exclave de China ubicado en el Hong Kong de Gran Bretaña. Se caracterizó por lo curioso de su existencia hasta su demolición en 1993. En 1994 se construyó un parque en su antigua ubicación.
La ciudad crecía día a día sin control. Los edificios se construían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera poco más de un metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de tubos fluorescentes.
La ciudad fue construida en base a dos normas únicas de construcción:
Instalaciones Eléctricas
La instalación eléctrica tenía que estar descubierta para poder abordarla en caso de incendio
Altura
No sobrepasar la altura de 14 pisos, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante.
Ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong.
Era el lugar de mayor densidad poblacional hasta su demolición en Abril de 1994
Las azoteas eran lugares altamente cotizados, uno de los pocos lugares que gozaban de luz del sol y aire fresco
Varias empresas de alimentos operaban en Kowloon debido a los bajos costos operativos y para escapar de las normas sanitarias de Hong-Kong
La distribución del tendido eléctrico, aunque caótico, era provisto por la ciudad de Hing-Kong
La ciudad contaba con su propia infraestructura económica, con tiendas, restaurantes y centros de atención personal
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