Según suposiciones de los científicos, todo el oro y el platino de la Tierra podrían haberse formado como resultado de las antiguas kilonovas, un fenómeno generado por las colisiones de estrellas de neutrones.
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Científicos de la Universidad de Maryland (EE.UU.) reexaminaron los datos de una explosión de rayos gamma registrada en agosto de 2016, un evento llamado GRB160821B, y encontraron nuevas evidencias del fenómeno conocido como kilonova, que pasó desapercibido durante las observaciones iniciales.
La kilonova, que se supone que fue generada por la fusión de dos estrellas de neutrones, es «una explosión turboalimentada que forjó instantáneamente oro y platino por valor de varios cientos de planetas», destacan los investigadores, liderados por Eleonora Troja, científica asociada del Departamento de Astronomía de la Universidad de Maryland.
Se trata de la primera evidencia contundente de que las kilonovas producen grandes cantidades de metales pesados. Los astrónomos incluso creen que todo el oro y el platino de la Tierra se formaron como resultado de las antiguas kilonovas. Los nuevos hallazgos fueron publicados en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society este 27 de agosto.
Los investigadores encontraron similitudes entre el mencionado evento de 2016 y otra explosión a 130 millones de años luz de la Tierra, observada por el Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser (LIGO) en agosto de 2017. En aquel entonces, los científicos hicieron historia con la primera observación directa de una fusión entre dos estrellas de neutrones.
«El evento de 2016 fue muy emocionante al principio. Fue cercano y visible con todos los telescopios principales, incluido el telescopio espacial Hubble de la NASA. Pero no coincidió con nuestras predicciones (…) Luego, un año después, ocurrió el evento de LIGO. Observamos nuestros datos antiguos con nuevos ojos y nos dimos cuenta de que en 2016 habíamos captado una kilonova. (…) Los datos infrarrojos para ambos eventos tienen luminosidades similares y exactamente la misma escala de tiempo», relató Troja.
Según la científica, la información recopilada del evento de 2016 no contiene tantos detalles como las observaciones del evento del año siguiente, que fue detectado tanto en ondas gravitacionales como en todo el espectro de luz, desde los rayos gamma hasta las emisiones de radio.
Pero la captura temprana de las primeras horas del evento de 2016 permitió al equipo revelar nuevas ideas importantes que faltaban en las observaciones de la kilonova del evento detectado por el LIGO. Por ejemplo, los astrónomos observaron por primera vez el remanente, un nuevo objeto que quedó después de la colisión y que no era visible en los datos del evento de 2017: una estrella de neutrones hipermasiva altamente magnetizada conocida como magnetar.
H/T – Canal13sanjuan