La Gran Pirámide de Guiza continúa, a la fecha, guardando una gran cantidad de misterios y uno muy peculiar guarda relación con la velocidad de la luz.
Por ejemplo, uno de los misterios más antiguos del mundo, señala que el número 432, muy popular en el Antiguo Oriente y asociado al sistema sexagesimal, es el que relaciona las proporciones de la Gran Pirámide con las de la Tierra. Lo que ha sido corroborado a través de modelos computacionales que demostraron cómo este mismo número se encuentra en el perímetro del zócalo de la pirámide de Guiza y el perímetro medio del planeta, y también en el radio polar terrestre y la altura de la Gran Pirámide.
Pero hay una conexión aún más asombrosa entre nuestro planeta y la Gran Pirámide, esta tiene que ver con la idea de espacio-tiempo, un avance clave de la física moderna que parecía conocerse en el Antiguo Egipto.
Resulta que la latitud de la pirámide de Guiza es 29º 58’ 45,02” N; al expresarse en sistema decimal, es igual a 29,9791722º N, es decir, una magnitud que transformada en diezmilésimas de grado da como resultado 299.791,722. Lo que supone una aproximación del 99.99 por ciento a la velocidad de la luz, que es de 299.792,458 kilómetros por hora.
La gran pregunta es cómo se explica que los sacerdotes/ingenieros egipcios supieran este dato, cuando la velocidad de la luz no fue establecida sino hasta la primera mitad del siglo XX.
Otro dato curioso es que los expertos no han podido explicar cómo es posible que hayan sabido establecer uno de sus principales monumentos precisamente sobre este paralelo, el llamado Paralelo de la Luz.
H/T – TuHistory